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El posible hallazgo en el cementerio de Son Coletes (Manacor) de los restos de varias de las milicianas asesinadas por los fascistas tras el desembarco republicano del capitán Bayo durante la Guerra Civil, junto con el inicio de los trabajos de localización en la playa de sa Coma de centenares de milicianos que fallecieron durante aquella operación militar, revela el enorme esfuerzo que se está haciendo por recuperar la dignidad de todas aquellas víctimas y evitar el olvido. La sociedad mallorquina quiere cerrar las heridas de un conflicto cruel, en el que la barbarie se impuso siempre a la razón. Por eso es necesario abrir las fosas e investigar, dar nombre a los que pagaron con su vida tanta sinrazón.

Un episodio cruel.

La ejecución de las cinco voluntarias republicanas que formaban parte del desembarco de Bayo es uno de los episodios más vergonzosos de la contienda, los relatos detallan la vileza con la que se las trató en todo momento hasta su ejecución. Lo que ocurrió entonces sigue vivo en la memoria colectiva de la comarca de Llevant, a pesar de los enigmas que todavía perviven sobre la identidad de todo el grupo. Los expertos podrán determinar el alcance de las excavaciones en Son Coletes y si, como apuntan todos los indicios, se podrá identificar a las cinco mujeres y devolver los cuerpos a sus familiares; un proceso que debe estar garantizado en el futuro con el compromiso de todas las fuerzas políticas.     

Crecer como sociedad.

Abrir la tierra para buscar a quienes murieron en defensa de sus ideas y de la legalidad frente a los sublevados nos hace avanzar como sociedad, es preciso acabar con la vergüenza colectiva que supone mantener escondidos tantos y tantos cuerpos que merecen, como mínimo, ser honrados por sus familiares y tratados con respeto por todos. Hay que llegar hasta el último rincón para poder confirmar nuestras convicciones democráticas sin resquicios.