No hay ciudad en el mundo más hermosa que París, más homogénea, equilibrada y elegante. Y no por eso ha renunciado a contar con su propio barrio de rascacielos, magníficos ejemplos de la arquitectura contemporánea. No tuvieron que destruir nada, ni arrasar sus quartiers tradicionales, eligieron una zona rural y semiabandonada para crear algo nuevo y asombroso. Si realmente las autoridades baleares quisieran acabar con el problemón de la vivienda, harían eso mismo. En vez de arrasar pequeños edificios encantadores de Santa Catalina para construir en esos diminutos solares casas enanas a precio de órdago, pondrían su vista en cualquier terreno enorme en el extrarradio palmesano para levantar allí un barrio nuevo, grande, ajardinado, acogedor y con altas torres de apartamentos a buen precio.
Querer es poder
Palma02/02/23 0:29
También en Opinión
- La reina Sofia, en Mini por el centro de Palma
- Tres hábitos matutinos que recomienda Harvard para tener más energía en verano
- Cataluña pone cifras a la financiación: Baleares es la segunda que más aporta y la tercera que menos recibe
- Miguel Bosé: «Estoy muy orgulloso de ser negacionista»
- El truco del vinagre en los pies para tenerlos como recién salidos de un salón de belleza este verano
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.