TW
2

Una de las consecuencias de toda manifestación callejera es que los rivales de quienes alientan esa manifestación pueden comprobar la fuerza real de los que convocan a la gente a protestar en las calles. Creo que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han de sacar las consecuencias oportunas y ajustar sus tácticas y sus estrategias a lo que hemos visto y escuchado en esas concentraciones. Y una de las acciones a adoptar por ambos habría de ser una reestructuración de sus equipos. Una crisis de Gobierno, que se avecina, por el lado de Sánchez, y una toma de posición definitiva del PP respecto de Vox, por el lado de Feijóo.

Para nada hago una comparación entre lo ocurrido en las calles de Barcelona el jueves y lo que sucedió en Madrid este sábado. Son dos proyectos políticos sideralmente separados. Lo que ocurre es que en ambos casos se trataba de una protesta globalizada, una sanción general contra un Gobierno que trata de ejercer una acción balsámica en Cataluña. Y un clamor extremado contra un Ejecutivo que conduce por la izquierda y desde la falta de transparencia, que era la denuncia, ideologizada, de los congregados en Cibeles a la sombra de Vox. El destinatario de las protestas era, en ambos casos, un Pedro Sánchez incapaz de autocrítica y que sigue esperando grandes réditos de su política ‘apaciguadora’ en Cataluña, a base de volantazos que le costarán caros en el resto de España. Pero también diría que el otro gran actor de la política española, Feijóo, situado en el balcón del espectador mientras la derecha-derecha, esa que le acusa de ‘blando’, se congregaba en La Cibeles, debería anotar ambas congregaciones en su cuaderno de propósitos para el año nuevo, que es electoral: si Sánchez tiene que ordenar su Ejecutivo para ganar coherentemente esas elecciones, Feijóo tiene que arreglar cuentas con ese Vox que saca a miles de personas a las calles armadas de indignación y de banderas españolas.

Creo que nos jugamos mucho más que la victoria de unos u otros en las urnas. Es la construcción de un Estado lo que está en juego.