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El mundo está lleno de pesados y latosos, así como autoridades llenas de normativas, por lo que no es raro que una de las actividades fundamentales en el día a día de cualquiera sea dar esquinazo a alguien, o a muchos, o a todo si se sabe cómo. Emparentado con el arte de la fuga, pero más urgente porque cuando se trata de dar esquinazo no da tiempo a preparar planes de huida (siempre hay que estar preparado, por si acaso), hay virtuosos en la política que incluso logran en sus discursos darse esquinazo a sí mismos, y eludir sus propias palabras pretéritas doblando una esquina. El presidente del Gobierno, señor Sánchez, y el que hace tiempo se tiene ya por presidente, señor Feijóo, se eluden a sí mismos a diario y sin contradecirse. Se dan esquinazo. Individuos muy huidizos y resbalosos, intelectuales y filósofos escurridizos como anguilas, también dominan este tipo de esquinazo, quizá el más difícil, pero para las necesidades diarias de la gente corriente no hace falta tanto virtuosismo.

El esquinazo más sencillo, como su nombre indica, consiste en hacerse el distraído y girar rápido por la primera esquina, poniendo luego los pies en polvorosa si se juzga pertinente. Es fácil, pero el problema reside en que no siempre se tiene a mano una esquina (no hay bastantes en este mundo), y el recurso tampoco sirve si, como es habitual, te atacan por todas partes. Darías esquinazo a algún capullo, no a todos. Ni a todo en general, que es la gran aspiración de cualquiera, el gran esquinazo definitivo.

La huida por piernas monda y lironda, pretextando algo o sin pretextar, no siempre es posible, y ser resbaloso (para que no te atrapen las obligaciones y las tonterías), es algo con lo que se nace, no se puede entrenar. Yo tengo una técnica especial, bastante avanzada, a la que he llamado esquinazo con escorzo. Quedarse inmóvil y mimetizarse con el medio mediante un violento escorzo. La aprendí de insectos realmente asquerosos y sirve igual para desaparecer en una esquina que no existe o detrás del televisor si la urgencia te coge en casa. Ahí no mirará nadie. Confío que les sea útil. No hay nada más importante hoy en día que saber dar esquinazo. A lo que sea, a todo.