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En su alocución navideña, el rey Felipe VI apostó por un futuro basado en dos pilares: el de los valores constitucionales y el de nuestro compromiso con la Unión Europea. Interesante reflexión que me conduce a otra.

Este año 2022 se ha conmemorado el 60 aniversario del llamado, por el régimen de Franco, «contubernio de Múnich», expresión que luego hizo fortuna. En esa reunión, auspiciada por el Movimiento Europeo, con motivo de su IV Congreso, participaron 80 personas que vivían en España, activas en la política democrática clandestina (entre ellas, el mallorquín Félix Pons Marqués –mi padre– y el menorquín Joan Casals Thomás) y 34 españoles representantes del exilio en distintas formas y modalidades. Buscaban un futuro democrático para España en Europa.

La resolución aprobada en Múnich en junio del año 1962 fue un claro anticipo del espíritu de la transición a la muerte de Francisco Franco. Ese texto era ya el preludio de la futura Constitución española. En Múnich, los participantes apostaron por unir y no separar, por un sistema de concordia y de entendimiento en el marco europeo entre los que habían «ganado» la guerra y los «perdedores». Eso es lo que indignó a Franco, que democristianos y monárquicos tradicionales residentes en España se entendieran con los socialistas en el exilio.

El profesor Óscar Alzaga en su libro La Conquista de la Transición escribe que, sin un trabajo previo de acercamiento, la declaración de Múnich (aprobada por unanimidad) no hubiese sido posible. Félix Pons, abogado, decano del Colegio de Abogados y Joan Casals, empresario exitoso del hotel Jaime I de Palma, como representantes del partido Izquierda Demócrata Cristiana, viajaron a Francia, con enorme riesgo para su libertad, en los meses anteriores. Negociaron un entendimiento, básicamente, con el PSOE, dirigido por Rodolfo Llopis y con el PNV, ambos en el exilio, que se plasmó en la ‘Declaración de acción conjunta de los partidos de la Unión de Fuerzas Democráticas’, acordado el 4 de junio de 1961 en el sur de Francia.

«Con un firme propósito de paz civil» se encabezaba el documento. Españoles generosos y comprometidos acordaban un futuro democrático sin revanchismos, libre, pacífico, para nuestro país, en el marco europeo.

Así fue, de hecho, la Transición y así lo ha recordado el Rey aludiendo a los valores constitucionales y a la Unión Europea. Pons y Casals fueron detenidos después de Múnich y confinados seis meses en la isla de Lanzarote. Ellos, como otros, anticiparon el espíritu de la Constitución, arriesgando su libertad. Conviene no olvidarlo.