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La diferencia entre la sanidad pública de Madrid y la de Baleares se llama Isabel Díaz Ayuso. En su obsesión por doblegar a la presidenta madrileña, la izquierda en esa comunidad no tiene reparo en alentar la huelga que la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), un sindicato profundamente ideologizado, dirige especialmente contra Ayuso. En Baleares, las carencias son las mismas o peores que en Madrid, según el presidente del sindicato Médico de Baleares, lo cual evidencia la falta de escrúpulos de PSOE, Podemos y demás partidos opositores madrileños para instrumentalizar políticamente la sanidad pública. La presidenta Francina Armengol ha recurrido de nuevo al comodín del PP, al que achaca las culpas de las deficiencias actuales. Después de casi ocho años dirigiendo los destinos de Baleares.

«Se ofrece contrato basura. Condiciones penosas. Enviar CV al IB-Salut», se leía en la pancarta que fue retirada de los muros de s’Escorxador, referida al trabajo en el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP). «Si en lugar de tener cincuenta años y tres hijos fuera como los jóvenes que se titulan ahora no dudaría ni un instante en marcharme a trabajar al extranjero». El comentario de un médico de Urgencias de un hospital público de Mallorca refleja un estado de ánimo que no es aislado. En lo que va de año un centenar de médicos han solicitado traslado fuera de Baleares. Según el sindicato faltan 350 médicos de Atención Primaria y la asignación de tarjetas sanitarias puede llegar a las 800 por facultativo (la recomendación europea es de 300), de forma que la espera del paciente para su consulta alcanza una media de 14 días. Si el coste de la vida en Baleares es un muro para la incorporación de profesionales, las condiciones laborales añaden altura al mismo.

El Colegio de Médicos, el sindicato y varias asociaciones profesionales han presentado un decálogo de acciones «urgentes e inmediatas» ante la situación de Atención Primaria que califican de «insostenible» que causa un malestar «progresivo y creciente» entre usuarios y personal sanitario. Exigen la reducción del número de consultas diarias de la media de 38 actuales a las 25 que exige la debida dedicación al paciente y el presupuesto «justo, necesario y suficiente» para desarrollar el trabajo médico con dignidad. Las insuficiencias no son exclusivas de Baleares, ni de Madrid, de hecho en Extremadura también se ha iniciado una huelga médica. Las responsabilidades del escenario sanitario se reparten entre el gobierno de Pedro Sánchez y las administraciones autonómicas. La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos, a la que se han sumado las organizaciones de Catalunya y País Vasco que se desenvolvían al margen por razones políticas, requieren al Gobierno 10.000 millones de euros para «estabilizar» la sanidad y no descartan acciones reivindicativas a partir del mes de enero.

«Menos navajeo político, menos retóricas, menos crear discrepancias y más inversión en recursos humanos» demanda el Dr. Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico, en el digital Mallorcadiario.com, confirmando la convicción de que la sanidad queda al margen de la vorágine de gasto público del Govern balear.