TW
3

El ‘caso peaje’ se cierra poniendo en evidencia que, en realidad, todo se reducía a una negociación contractual entre el Consell y PAMASA y la causa penal era solo el pretexto para forzar la negociación. En suma, una caza de brujas más de las muchas que se orquestaron para desalojar a Unió Mallorquina del poder. A la postre, solo han podido acreditarse míseros actos de pillaje en los que únicamente participó un responsable político de tercera fila. La Fiscalía Anticorrupción salió a cazar elefantes y vuelve con unas pocas perdices.

Cuando se produce un fiasco jurídico de esta dimensión, sería bueno que se aplicasen los principios de transparencia y sus responsables rindieran cuentas, porque me temo que los recursos públicos malgastados en este caso multiplican exponencialmente las indemnizaciones que abonarán los culpables, no sea cosa que la Fiscalía, en lugar de lograr restañar el daño infligido a la ciudadanía, nos esté costando una fortuna.

La principal prueba de cargo sobre la que descansaban las acusaciones resultó ser tan burda y parcial que el castillo de naipes que había construido el fiscal Miguel Ángel Subirán se desplomó sobre el tapete al más leve soplido.


En el ínterin, un exconseller y el responsable de la UTE han permanecido imputados sin motivo alguno durante trece años, con el consiguiente calvario personal, profesional y mediático. No hacía falta condenarlos, porque ya habían cumplido de sobras su penitencia. La acusación inicial era la de que la autovía Palma-Manacor se había ejecutado defectuosamente, sustrayendo materiales para financiar dádivas y otras corruptelas. Lo bueno ha sido que el tiempo ha colocado a todo el mundo en su sitio. El Consell acepta ahora que se ejecuten únicamente dos reasfaltados hasta 2042 porque, al contrario de lo que sostenía la acusación, la carretera está en tan buenas condiciones que los ciudadanos ya nos hemos ahorrado los dos primeros, por innecesarios. Es decir, la Administración va a acabar ahorrándose cerca de un 5 por ciento del presupuesto porque es la carretera en mejor estado y más segura de nuestra red.

Es posible, pues, que el llamado ‘caso Peaje’ se convierta en la autopista al infierno de quienes armaron toda esta gigantesca tramoya jurídica y otras por el estilo. Merecen, sin duda, pagar un verdadero peaje. A la sombra, claro.

Más carreteras. Hace algunas semanas les anunciaba por error que el conseller de mobilitat del Consell, Iván Sevillano, iba a culminar su espectacular carrera política inaugurando dos rotondas en todo el curso. Me equivoqué, porque la de Costitx –que llevaba esperando desde la anterior legislatura– está incomprensiblemente paralizada desde hace dos meses. La razón oficial es que la compañía suministradora no ha dotado todavía de electricidad las farolas y obviamente no puede plantarse una rotonda en medio de una carretera sin que esta sea perfectamente visible.

Lo cierto, sin embargo, es que desde mediados de julio este problema –de mala planificación– estaba resuelto, pero el departamento de Sevillano se fue de vacaciones y hasta la próxima semana no se retoman los trabajos. Durante el parón se ha producido algún accidente de consideración, afortunadamente sin heridos de gravedad. Las comparaciones son, ciertamente, odiosas.