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Es difícil aportar algo nuevo sobre la crisis de Palma, que la semana pasada se saldó con la destitución de Rodrigo Romero tras airearse una conversación en la que dejaba muy mal parados a Neus Truyol, concejala de Més, y su compañero de partido Alberto Jarabo, que al parecer se le conoce en Cort como el ‘fracasado’. Los ciudadanos de Palma tenemos derecho a conocer el expediente sobre Jarabo del que Romero comenta en el audio privado filtrado a los medios para vergüenza de un gobierno, el de Cort, que agoniza cuando aún falta un año para las próximas elecciones.

La gran pregunta que conviene hacerse es cómo elige Podemos a sus representantes políticos porque entre Sonia Vivas, el tal Romero, que increíblemente era el concejal de Model Econòmic, y el ‘fracasado’, resultará imposible que alguien se atreva a votar a Podemos en las próximas elecciones. Imagino que mis colegas destinarán todos sus esfuerzos en los próximos días para conseguir el expediente sobre Jarabo y hacerlo público para saber en qué hemos gastado nuestros impuestos durante los últimos tres años. Ya podíamos imaginarnos que la gestión era un desastre (lo de las galerías de la plaza Mayor es un fracaso difícil de aceptar como sufrido vecino de la zona) pero es que igual la gestión del ‘fracasado’ nos aporta nuevas sorpresas.

Reconozco que nunca me ha caído bien Jarabo desde que, al ser nombrado diputado en 2015, intentó desprestigiar la gestión de IB3, equipo del que formé parte entre 2011 y 2014 con una gran dedicación y orgullo. Jarabo definió aquella legislatura 2011-2015 en el canal autonómico como la «etapa negra». Seguramente no tiene ni idea, pero aquel equipo directivo se encontró una televisión al borde de la quiebra, con productoras que no cobraban desde hacía meses y con pocos medios se obtuvieron unos datos de audiencia sensiblemente mejores a los que se registran con la izquierda. Los que vivimos aquella etapa gestionamos la miseria con bastante dignidad. De la pluralidad no hablaré demasiado, pero ya les aseguro que una noticia como el escándalo del Hat Bar nunca hubiese sido la cuarta en los informativos. Eso lo saben todos los que trabajaron conmigo y que ya quedan pocos porque huyeron de IB3 en cuanto pudieron. Los que quedan ya no pueden ni decir que trabajan en IB3, por cierto.

Recuerden que Jarabo, el ‘fracasado’, colocó como director de la tele a un antiguo colaborador suyo en su antigua productora. Y tampoco conviene olvidar aquellas conversaciones filtradas –especialidad de Podemos, parece– donde Jarabo se sentía el amo de IB3. Visto lo visto, hubiese sido más rentable para los ciudadanos que el ‘fracasado’ se hubiese dedicado a trabajar en la tele pública en lugar de ser elegido concejal en Palma, donde sus errores tienen más consecuencias. Harán falta varias legislaturas para recomponer todo lo que han hecho el ‘fracasado’ y muchos de sus compañeros de gobierno (generalizar no sería justo porque seguro que algunos han hecho un buen trabajo). Ahora solo resta saber si las tropelías del ‘fracasado’ y compañía también se llevan por delante el Govern de Bellver. De Cort se pueden ir olvidando durante años.