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Siempre se dice que el saber no ocupa lugar. Por descontado que existe lugar en nuestro cerebro, amplio y profundo, pero pocos son los que se preocupan de llenar el espacio vacío que nos resta. Y gracias al trabajo personal de cada uno, la gente de hoy quiere aprender y superar el oscurantismo natural, heredado de padres a hijos por la necesidad de trabajar y dar de comer a una familia numerosa, aumentando el trabajo incrementando la economía del grupo.

Para aprender, y saber, es necesario contar con la ayuda del profesor que abre la cabeza a los jóvenes, comenzando por explicarles cómo estudiar en serio, esforzándose para no suspender, y estar preparados para entrar en una multinacional, bien en un banco o empresa de alto nivel. Estas personas subirán de categoría, a tenor de la experiencia adquirida, del mismo modo que el salario, llegando a alcanzar un estatus de burguesía media, que con el tiempo, si desean subir todavía más alto y conseguir enriquecerse, ampliarán sus bienes pudiendo dar buenas carreras a los hijos mientras, paso a paso, la familia será millonaria, refinada y educada, convirtiéndose en burgueses.

No obstante, en el inicio, y por muchos estudios que tengan, la capacidad del comportamiento educacional para manejarse en el mundo de hoy deja mucho que desear. Hemos prosperado en muchísimas cosas, como tener piso en propiedad, coche, viajar, vestir, etc... Sin embargo, falta aprender a comportarse los unos con los otros. Se trata, sobre todo, de bajar la voz, dentro y fuera, no molestando a los vecinos, quienes, ni siquiera pueden hablar; si dan un empujón a alguien, no se disculpan; en las calles: patinetes y bicicletas pasan rozando.

Muchos camareros tratan al cliente sin respeto ninguno: tutean a los mayores, no esperan ni un segundo, ponen las consumiciones en la mesa y cada uno coge lo suyo. Por todas partes se oyen palabrotas como: cabrón, hijo de puta como algo común. Si reclamamos algo, el personal, contestan con monosílabos, de tú a tú; sirven y hablan con otro camarero. Además, no se fijan en quien ha llegado antes, y limpian la mesa con un trapo mojado, sin secarla después. No tiene explicación qua habiendo una Escuela de Turismo los propietarios cojan personal sin experiencia en servir y hablar educadamente. Será por contratar a gente de otros países sin ser profesionales en nada. Aprender no ocupa lugar.