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S e trata de una de las frases lapidarias del cine western, la que, en el vapor, expresa el capitán Mellow en Horizontes lejanos de Anthony Mann. ¿Es un río lo que nunca se debería haber dejado? Puede ser una isla, la propia infancia, o una convicción; hay un río, un Mississippi que fluye en el interior de cada hombre. Lo cierto es que fue pronunciada por alguien que huía del corazón de sí mismo en búsqueda de fortuna foránea. ¿Qué entender por Mississippi? Es la denominación de lo que más se quiere e importa, es el otro nombre de lo esencial.

Reconozco que también a mí, últimamente, se me ha subido a los labios la expresión. He dedicado la mayor parte de mi vida a enseñar en aulas y a predicar en templos. En la docencia escolar, introduje metodologías y formas nuevas; pero olvidé que no se aprende por acumulación, sino por inquietud; en ninguno de mis cursos, debí nunca haber abandonado el Mississippi de toda docencia: solo el enseñar a aprender es digno de magisterio.

En la predicación de mi religión, mucho cité y documenté; pero olvidé que no se cree por argumentación, sino por confianza; en ninguna de mis prédicas, debí nunca haber abandonado el Mississippi del mensaje evangélico: «solo el amor es digno de fe».