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Purgatorio’ es el título de la primera novela de Jon Sistiaga, periodista que, con sus crónicas de los principales conflictos y guerras de las últimas décadas, nos ha contado la realidad tal y como es. Sus crónicas se han caracterizado siempre por su honestidad, su valentía, su lucidez, su objetividad y su compromiso. Y su primera incursión en el mundo de la novela no se ha apartado ni un ápice de esa forma tan suya de contarnos las cosas. El tema que ha escogido, las consecuencias del conflicto vasco en una sociedad que parece preferir el olvido a la verdad, es una declaración de intenciones en toda regla. ¿Qué ocurriría si un exmiembro de ETA decidiera confesar hoy que fue autor de un asesinato que, como más de trescientos, ha quedado sin resolver? ¿Qué pasaría si para hacerlo escribiera una carta al policía que le torturó pidiéndole que también él reconozca lo que hizo? ¿Qué sucedería si le pidiera a la hija del empresario que él asesinó que quería verla para contestar a todas las preguntas que la han torturado durante décadas? ¿Cómo reaccionarían los compañeros y superiores del policía ante la amenaza de que uno de los suyos contase lo que muchos hicieron? ¿Qué harían los responsables últimos de ETA, los que marcaban los objetivos, los que decidían quien debía morir, en esa situación que podía poner en juego su anonimato y muchas cosas que cuestionarían el relato de los hechos?

Esta novela, como un thriller de los buenos, te atrapa desde la primera línea y no puedes dejarla hasta el final. Sistiaga te coge de la mano para llevarte a oscuros zulos abandonados y a viejas comisarías donde aún se escucha el eco de los gritos, a calles ensangrentadas habitadas por el silencio, a bosques que ocultan lo que esconden y huelen a olvido, a restaurantes y despachos que viven más allá de toda sospecha…

Ese es el tema que elige Sistiaga para debutar en el mundo de la ficción, una ficción que, a veces, parece no tener clara la línea que la separa de la realidad, de lo que ocurrió, lo que podría haber ocurrido, y, sobre todo, de lo que aún puede ocurrir. Que cesaran los asesinatos, que se dejase de torturar, es el primer paso de un camino que todos, juntos, debemos recorrer. Novelas como ‘Purgatorio’ son no ya necesarias, sino imprescindibles para recordarnos que todavía quedan páginas por escribir en nuestra historia reciente, páginas que entre unos y otros hemos dejado deliberadamente en blanco, páginas que nuestros hijos y nietos tienen el derecho, y el deber, de leer.