Los inversores se suelen desplazar en manadas jerarquizadas, como los bisontes, y aunque son criaturas gregarias, sólo se relacionan entre sí, con otros inversores y con nadie más por problemas de idioma. Sólo entienden el suyo propio. Aun así, se trata de la especie más importante de todas, la que gobierna el planeta por encima de políticos, militares y clérigos. El inversor es el que manda, queridos niños y niñas. Sólo hay una especie superior, el gran inversor. Mandan tanto que ni siquiera dan órdenes, puesto que tanto los gobiernos como los bancos y las instituciones internacionales se pasan la vida intentado adivinar qué quieren los inversores, y qué les gusta o no les gusta, a fin de obedecerles antes de que digan nada, y luego imponer su voluntad como inflexibles alguaciles.
Fábula del inversor asustadizo
Palma28/03/22 3:59
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2 comentarios
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Bon artícle. Els grans inversors han heretat herències sovint immorals, ja siguin pel feudalisme o per l'imperialisme
Brillante articulo y didáctico.