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Una de las actitudes menos inteligentes que, pienso, se pueden adoptar ante un objeto de crítica como el franquismo es exagerar sus maldades; porque al ponerse de manifiesto las exageraciones se blanquean las verdades sin exagerar, harto suficientes para la crítica. Una de esas exageraciones ha sido y es la referida a la represión de la lengua catalana durante el franquismo. Al respecto, es verdad que en aquella época no se enseñaba en las escuelas ni se admitía en la administración del Estado ni en la de Justicia ni en otros ámbitos, generalmente oficiales. Sin embargo, se oculta la profusión de ediciones de libros editados en catalán, los concursos literarios en lengua catalana, y que la mejor literatura catalana pudo producirse durante aquella época, como dijo, en 1992, Giuseppe Grilli, presidente de la Associació italiana d’Estudis Catalans, director de la cátedra de Lengua y Literatura catalana de la Universidad de Nápoles, Premio Sant Jordi 1996 y Premio Internacional Catalonia del Institut d’Estudis Catalans 2013. Sus palabras fueron: «Paradójicamente, la literatura catalana vivió su momento de oro durante el franquismo.

En los años más negros se publicaron los mejores libros: las Elegies de Bierville, Bearn, La plaça del diamant, las reflexiones de Fuster, Rubió o Riquer». La lista de editoriales en lengua catalana es larga. Editorial Moll radicada en nuestra comunidad, inició su actividad en 1941. Su librería, en la esquina del Call de Palma era de referencia. Desde finales de los sesenta la visité en innumerables ocasiones. Estaba a cargo de una hija de don Francesc de Borja, esposa del escultor Pedro Martínez Pavía, a quien se podía encontrar allí. Adquiridos en aquella época todavía conservo, entre otros títulos: L’abisme de Gabriel Janer Manila, Premio de novela Gabriel Maura Ciudad de Palma 1967.

Del mismo autor La capitulació, Editorial Moll 1972. El pallasso espanyat, de Llorenç Capellà, Premio Les Illes d’Or 1972. También están en un anaquel de mi biblioteca, dedicados por sus autores: Els carnissers de Guillem Frontera, Premio de novela Ciudad de Palma 1969, editado por Club Editor y La literatura moderna a les Illes Balears, de Josep Maria Llompart, Editorial Moll 1964. Ni que decir tiene que en los concursos literarios no se preguntaba por la filiación política de los concursantes. Siendo curioso observar que los Ciudad de Palma se instituyeron en 1958 para novela y poesía únicamente en lengua catalana.