TW
2

Eran muchos los que esperaban mucho más de él después de que echara a Soraya Sáenz de Santamaría de su sitio como substituta de Rajoy al frente del Partido Popular. Pero el tiempo lo ha dejado claro: no hay nada que esperar de Casado. No tiene profundidad política. La oposición que ha hecho durante la pandemia, a falta de argumentos y de capacidad o voluntad de una cooperación, ha sido pobre e histérica, repetitiva y aburrida y eso, la verdad, ha llegado a cansar hasta a sus posibles votantes. Su postura me ha parecido tan infantil y poco creíble como la del feliz y sonriente –por inconsciente– Sánchez.

Casado no ha sabido hacer una oposición que mostrase un poco de grandeza –y no miseria– ante una crisis en la que el gobierno del PSOE se ha equivocado demasiadas veces pero, claro, una oposición no tiene que estar formada por llantos y quejas, sino por esperanza e ideas; a estas, Casado, si las tenía, no ha sido capaz de plantearlas. A estas alturas, ya vemos que Soraya le daba seis mil vueltas en inteligencia, retórica e ideología.

Por cierto, que Casado todavía no nos ha dicho qué hará con los okupas, ni qué propuestas concretas y que se vean un poco posibles tiene para crear empleo, ni qué hará con una pequeña delincuencia que anda cada día más libre por la calle, ni qué postura fehaciente tendrá ante las eléctricas –que en realidad son una–, ni con quién pactará en caso de poder y tener que hacerlo... En fin, que en demasiados temas me recuerda a Pedro Sánchez, ese enfermo de sí mismo –y si no es así, es un sinvergüenza– que nos toma por idiotas sin memoria. Pero, volviendo a Casado, solo faltaba que ahora no supiera lavar los trapos sucios en casa y aplicase –con demasiada evidencia– aquello de que ‘no tengas tu lado a nadie que te haga sombra’.

Su reacción ante lo que está sucediendo en el PP de Madrid, ha confirmado la desconfianza que tiene en sí mismo, su miedo ante Ayuso y su inmadurez personal. Pero a eso nadie se lo dice porque, como Sánchez, Casado se ha quitado de encima a todo el que pudiera poner en evidencia sus limitaciones… Ahora ambos están solos o con lameculos, que es lo mismo. Todavía no han entendido que España es más importante que su brillo personal o sus traumas.