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Nos distraen desde la cocina de la publicidad y política basura de La Moncloa. En política fracasas cuando pierdes la iniciativa. Sánchez-Redondo son unos maestros en llevarla. Lo demostraron con el exterminio del PSOE. Este dúo maquiavélico diseñó un plan como les gusta a ellos. Arriesgado, de ruleta rusa. Les salió bien. Se cargaron Ferraz. Sin escrúpulos. Sin ideología. Olvidando a las personas, a España, a las Comunidades que no necesitan para llegar y permanecer en el Olimpo de su obsesión enfermiza; el poder. Idearon un plan para sacar a Rajoy. Se aliaron con lo que fuera menester.

Desde Bildu, Junqueras y el tonto útil al que disfrazaron de genio llamado don Pablo Iglesias, al que después defenestraron con las habituales estratagemas de la política de alcantarilla. Ahora consiguen que no se hable de la desastrosa gestión de la pandemia, de los ministros de caseta de feria. De un déficit de escándalo. De Marruecos. De la injusticia flagrante del trato de las autonomías. Sólo Catalunya y Euskadi son importantes. El resto a mendigar o lamerle las posaderas al César.

Ahora nos obsequiará con la fiesta mayor del verano con la retirada de la mascarilla, sin preocuparle lo más mínimo la posibilidad de que la variante Delta nos lleve a una nueva ola, mientras tienen tres millones de vacunas en los almacenes, como informaban algunos medios. Escenificarán una remodelación como estrategia de imagen. Nuevos tontos útiles. El dúo del poder es el Gobierno. Lo demás, utensilios de cocina política para mantener el suflé del poder.