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Pasaron más de dos décadas trabajando duro para alcanzar el bienestar. Luego vino la riqueza y la cumplimentación de los deseos merecidos, naturalmente. Pero, durante los últimos años, cubiertas todas las necesidades de la vida, mucha gente con amplio poder adquisitivo –o sin él– dedican su tiempo libre al postureo, la moda, viajar… frivolizando la existencia y desmarcándose de los grupos de origen. El contrapunto de tamaña evolución es tener un solo propósito en mente: ganar dinero. Y aun siendo más que suficiente y cuando no les cabe en el bolsillo ni en la cabeza, siguen en su error: avasallar todo cuanto se pueda sin pensar en los demás.

Me he quedado sorprendida al ver que recientemente están surgiendo nuevos intelectuales jóvenes, muy sensatos y preparados para cambiar el mundo actual o, al menos, parte de él. Nuevos pensadores, filósofos y ensayistas que han empezado a publicar sus ideas, de una profundidad clarividente, a quienes deberíamos leer para adquirir conocimientos del momento actual, reflexionando sobre el camino alternativo que podríamos adoptar ante el futuro como la conservación ecológica plena; el reparto de los bienes naturales y la equidad entre las personas que habitan la Tierra con todo el derecho e idéntica igualdad que quienes la están privatizando para sí.

He aquí una síntesis de Remedios Zafra (Córdoba, 1973), investigadora del Instituto de Filosofía del CSIC y premio Anagrama 2017 por El entusiasmo. Acaba de aparecer su nuevo libro, Frágiles, donde afirma: «La competitividad y la prisa son la base del capitalismo, ambos favorecidos por el individualismo que dificulta la solidaridad, y colaboración entre personas; lo que hoy se promueve no es humanista, sino competitivo, y orientado a la hiperproductividad».

Zafra avanza todavía más: «Para crear y valorar se necesita tiempo que permita el sentido crítico y no actuar cual rebaño, ni dejarse llevar por las tendencias. El tiempo es un tesoro porque es esencial para que pueda acontecer algo que está en crisis: la capacidad de atención».

Añade Remedios: «Si la esperanza es el estado de ánimo que nos hace pensar que lo que deseamos es posible, no solo para nosotros, sino en toda la sociedad, el ‘si quieres, puedes’ –estimulado por el capitalismo– hace creer que estamos trabajando para ayudar a las personas que sufren… Pero la fragilidad humana necesita la fortaleza social de todos, solo así podremos mejorar».

El planteamiento es reflexivo y sobresaliente.