TW
0

Orwell dijo «para implantar mentiras hoy, hay que borrar la verdad del pasado». Una legión de intelectuales llevan generaciones intentando borrar las verdades del pasado. Pero la verdad es tozuda y los historiadores europeos ayudan. El Estado fascista, creado en 1936 ilegalmente y autolegalizado desde el 78 es una paradoja: como si Franco hubiera perdido en Europa, pero correlativamente Hitler hubiera ganado en España. En el s. XIX las potencias se repartieron África para enviar a depredadores a saquear los pueblos coloniales con robo y asesinato. En los 30, Europa se hundió. Los criminales de África regresaron a Europa. El totalitarismo trató a los europeos como material de una colonia. La alianza de élites y el populacho lo engendró. Franco era un depredador de África, gran aliado del populacho, el detritus: obreros que odiaban a su clase, narcos, fracasos sádicos, patanes de pueblo, psicópatas de familia y miserables acomodados.

En Francia había poco populacho, por eso la élite llamó a Hitler. Franco secuestró y suplantó a su superior el comandante general de África, Gómez . De 21 generales de división, solo 4 eran fascistas. ¡De los 8 generales de la Guardia Civil ni uno solo era fascista ni se unió a la secta! Mola , colonial de Cuba, asesinó a su superior. Su lema era el del populacho: «Guerra es juntar a muchos contra un hombre y atacarle por la espalda y matarlo». Franco masacró a los militares del Estado más antiguos y prestigiosos: Batet , quien le había recriminado maltrato a la tropa en África, Romerales o Núñez .

En 1936 también Stalin masacró a los mejores militares y dejó la puerta abierta a Hitler para la invasión. El Movimiento venció porque ya no quedaba casi Estado, con armas de Hitler, más las trampas de Stalin creando terror entre resistentes. En un país ya hundido por sus cortesanos desde el XVII, el populacho se afianzó. Primero falange y mafias. Luego Franco le dio un puesto en los monopolios de agua, telefonía, electricidad... Más tarde le ofreció al populacho, cada vez más embrutecido, universidad y cuadro técnicos a condición de aceptar ser de una banda en guerra con un enemigo invisible con líderes exigiendo obediencia, asumiendo que «se come de su mano» y te salvan. El populacho satisfecho con nómina vitalicia mientras los sabios insisten en la calumnia de «los masones republicanos» porque estos perpetradores de traición y atentado masivo a los altos mandos militares legales siempre argumentarán que sus víctimas eran malos en secreto. Yo me preguntó cómo no queda más pueblo español y cada vez lo entiendo más.