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El mamotreto franquista de Sa Faixina sigue dando que hablar. En las últimas semanas sesudos análisis se han hecho sobre el efecto devastador que el empecinamiento rojo tendrá sobre los partidos franquisticidas en las próximas elecciones municipales y autonómicas. Se ha podido llegar a leer que será algo así como fue el TIL para el PP del ínclito José Ramón Bauzá. Hombre, algún tiempo tendremos que esperar todavía para que los ultraderechistas del Circulo y compañía saquen 100.000 personas a la calle. Porque hasta ahora las grandes manifestaciones a favor de que el mamotreto siga glosando con su mera existencia el recuerdo del insigne Caudillo de España por la Gracia de Dios se han mostrado más bien escasas de concurrencia. Pero todo puede ocurrir en este mundo. Lo prueba que algunos dicen que se ha obrado el milagro de que la cosa ya no sea franquista porque le quitaron el aguilucho, u otra simbología por el estilo, que no sé ni me interesa qué era exactamente, cambiándola por una plaquita. Como si talmente hicieran en el Valle de Sus Caídos y nos dijeran que, ale, ale, milagro, ya no es franquista aquel bodrio arquitectónico y escultórico. Así que ánimo y a perseverar, a ver si en las próximas movilizaciones se supera el millar de nostálgicos y neos. Por otro lado la lucha política que el PP hace convirtiendo el mamotreto en ariete contra los partidos gubernamentales, PSOE, Més y Podemos, connota la evidencia de cuán mal está el partido conservador y qué cómodos están los progres sin oposición. Que la piedra casposa ésa merezca que el PP la use para animar a su parroquia contra los rojitos muestra qué bien lo tienen éstos para seguir gobernando. Porque en efecto hacen lo que quieren. Es imposible que alguien mínimamente informado y educado en la evolución política electoral pueda creerse que el PP, PSOE, Més y Podem vayan a ganar un voto, o perderlo, por su posición respecto al mamotreto franquista. Por mucho que tantos se empeñen en exagerar hasta el delirio, el bodrio franquista de Sa Faixina ni vale un pimiento artístico ni su derribo o mantenimiento valdrá un solo voto de más o de menos para ningún partido.