TW
0

IB3 se dispone a iniciar la humillación de sus profesionales mediante la insólita medida de que algunos de ellos usen un registro del catalán diferente al del resto que hacen el mismo programa. Un dislate nunca visto. En el fondo no se trata de otra cosa que de imponer no un idioma, tampoco unas modalidades de éste, ni siquiera el famoso artículo “salado” sino que es un paso, decisivo, para ir mostrando a la audiencia que el catalán es un idioma folclórico, de payeses, que no sirve para cosas serias. ¿Exageración? En absoluto. El director general de IB3 jamás se atrevería a hacer lo mismo que hace aquí si estuviera al frente de una televisión en castellano. Sin embargo no tiene problema alguno para perpetrarlo con el catalán. Es la muestra del provincianismo tan enraizado en la derecha balear el que supura. Es una decisión política, ideológica que tiene por objetivo el desprecio para con el idioma catalán, el histórico en la región. Hace ya años el escritor e intelectual, de ideología liberal, Valentí Puig, certificó que cuando el PP de Gabriel Cañellas se oponía al catalán, supuestamente por defender las famosas modalidades, en realidad lo hacía por razón de clase. Porque no podían aceptar que la lengua que hablaban sus cocineras fuera la que normalizada, estandarizada, se usase como vehicular en la enseñanza de sus hijos. Y se inventaba esa supuesta defensa de “lo nostro” que fácilmente enganchaba a la ignorancia popular. Pues bien, las cosas no han cambiado apenas en treinta años. El PP de José Ramón Bauzá es el mismo que el de Cañellas, en cuanto al maltrato al catalán en presunta defensa de las modalidades. Las cuales en realidad les importan un bledo. No son más que la excusa que usa la auto considerada elite de siempre para arrinconar todo lo que pueda el catalán, con el objetivo último de castellanizar. No hay más. E IB3 les sirve para eso.