TW

Por primera vez en la historia electoral de Catalunya, el PSC-PSOE ha ganado, en votos y escaños, unos comicios autonómicos. Los resultados del domingo abren un nuevo escenario y un cambio de ciclo con la victoria de los socialistas, que con un imperturbable Salvador Illa consiguen nueve escaños más y el severo hundimiento del bloque independentista, que pierde veinte diputados, lejos de la mayoría absoluta que, hasta ahora, marcaba el rumbo de la política catalana. La derrota se cobró ayer a su primera víctima: el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Tiró la toalla y anunció que no tomará posesión en el Parlament tras la debacle por la pérdida de trece parlamentarios de ERC. Destaca el crecimiento de las formaciones de derecha, sobre todo el PP, que ha pasado de tres a quince escaños, así como la entrada de la extrema derecha de Aliança Catalana.

Las pretensiones de Puigdemont.

Todas las opciones para formar gobierno pasan por Salvador Illa, que, con 42 diputados, puede pactar con Junts. También puede conseguirlo con ERC y Comuns. Pero Carles Puigdemont, que aspira a ser el próximo presidente de la Generalitat, anuncia que se presentará a la investidura. Al mismo tiempo presiona a los republicanos para bloquear un ejecutivo liderado por Illa. Por su parte, los socialistas, que rechazan investir a Puigdemont y censuran sus amenazas sobre el Gobierno de Pedro Sánchez, recuerdan que han apoyado al Ejecutivo de Pere Aragonès y reclaman reciprocidad a ERC.

Apaciguar el conflicto catalán.

El 12-M marca el final de la vía rupturista del ‘procés’ iniciada por los partidos soberanistas. Es el momento de apaciguar el conflicto catalán e iniciar un periodo de estabilidad institucional y de normalizar las relaciones de Catalunya con España. Pero nada está escrito y, si Salvador Illa no consigue formar gobierno, se abre la puerta a la repetición electoral.