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Baleares lidera el descenso del paro, con una caída del 12,1 por cien y un ritmo que casi triplica la media de España, que se sitúa en el 4,7 por cien. Al mismo tiempo, cerró marzo con un 4,2 por cien de afiliados a la Seguridad Social. Estas cifras dejan el número de personas sin empleo en 29.662, lo que significa 4.069 menos respecto al año anterior, cuando arranca la temporada turística de 2024. Pero mientras la presidenta de la CAEB, Carmen Planas, elogia la «muy buena salud» del empleo en las Islas, UGT expresa su preocupación, porque «el buen momento del mercado laboral balear no mejora el bienestar familiar y social por las excesivas cargas de trabajo y el grave problema de acceso a la vivienda». En este aspecto coincide CCOO al afirmar que el acceso a una vivienda digna y precio asequible constituye el principal problema para los trabajadores del Archipiélago. También hay que valorar el repunte de la inflación que, tras meses de descensos, ha vuelve a subir hasta el 3,2 por cien en marzo por el incremento que ha expimentado el IVA en la electricidad.

Receptores del SEPE en las Islas.

Otra cuestión relevante, al analizar la evolución del mercado laboral en las Islas, es el impacto de los fijos discontinuos. Baja el número de parados, pero hay casi 70.000 personas perceptoras del SEPE, mucho más del doble que la cifra de parados. La mayoría percibe una prestación contributiva. En temporada baja, y una economía que depende en gran medida de la hostelería, los fijos discontinuos están inactivos, pero perciben una ayuda del Estado. Y sin embargo, no forman parte de las listas del paro.

Problema de vivienda.

Baleares marca récords de empleo gracias al dinamismo de la industria turística, el gran motor del PIB regional. Hay que apostar por un empleo de calidad, que demanda respuestas al problema de la vivienda y tener en cuenta el papel que desempeñan los fijos discontinuos.