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En las páginas de Sucesos día sí y otro también se da cuenta de agresiones y violencia desatada en las calles de Palma, sobre todo por las noches. Se trata de una peligrosa dinámica, que requiere una respuesta a la altura de las circunstancias. De un tiempo a esta parte, salir de noche por la ciudad, en según que zonas y barrios, puede convertirse en algo muy peligroso. La Policía Nacional, apoyada por la Policía Local -que desde que tiene una nueva dirección ha mejorado mucho su funcionamiento- luchan con los medios que tienen contra esta oleada de violencia, pero tanto la Jefatura como el cuartel de San Fernando cuentan con medios limitados, tanto humanos como materiales. En la Part Forana la situación no es muy distinta. La Guardia Civil trata de contener el aluvión de robos, peleas y asaltos, pero se topa con la misma realidad: la carestía.

El Parc de ses Estacions.

El ejemplo del Parc de ses Estacions y la estación Intermodal, en plena Plaza de Espanya, evidencia este deterioro imparable. En los últimos años bandas y pervertidos frecuentan la zona y han provocado multitud de incidentes graves, desde violaciones en el parque hasta palizas, peleas, apuñalamientos y robos con violencia. Las autoridades no pueden permitir, de ninguna manera, que un enclave tan concurrido se convierta en uno de los puntos negros de la crónica de Sucesos.

Y cada día más drogas.

A este preocupante panorama hay que añadir que cada día hay más drogas circulando por las calles, al alcance de quien quiera probarlas. Son Banya, auténtico supermercado de las sustancias estupefacientes, sigue funcionando a pleno rendimiento a pesar de las continuas redadas y operaciones policiales. En cuanto un clan es desarticulado, aparece otro para sucederlo. Y las drogas, como es sabido, están detrás de buena parte de la delincuencia.