TW
0

El caso del hombre que apareció flotando en el cauce de sa Riera la semana pasada y que se dio por muerto, cuando en realidad estaba agonizando y falleció horas después en el hospital de Son Espases, merece una investigación profunda, para aclarar lo que ocurrió y si los equipos de emergencias cometieron una negligencia. Hay que recordar que tras una llamada alertando de que había un cuerpo en el lecho del torrente se movilizaron agentes de la Policía Nacional, bomberos y médicos de ambulancias, que se acercaron hasta el lugar para investigar lo ocurrido. Sin embargo, de forma inexplicable, no se confirmó si el varón, de 36 años, todavía estaba vivo y se le dio por muerto, mientras se iniciaba la investigación. Luego, pasada más de media hora, descubrieron que se movía de forma casi imperceptible y que aún respiraba.

Petición a la Fiscalía.

La asociación del Defensor del Paciente ya ha remitido un comunicado pidiendo que la Fiscalía de Palma abra de oficio diligencias para determinar si esta supuesta mala praxis de los equipos de emergencias impidió que el hombre accidentado fuera reanimado y siguiera con vida. En cualquier caso, este triste asunto no debe empañar el buen hacer de los servicios de urgencias, que por regla general actúan con la máxima profesionalidad en cualquier tipo de imprevisto.

El lado oscuro de sa Riera.

Y, por otro lado, el caso del accidentado en sa Riera ha puesto de manifiesto una realidad inquietante: numerosas personas malviven o frecuentan de noche el torrente, donde hay casetas instaladas en los laterales y pequeñas cuevas excavadas en los muros, donde pernoctan indigentes y personas con escasos recursos económicos. Las autoridades deberían vigilar aquel espacio, repleto de basura y ratas, para impedir que acampen o vivan familias junto al cauce, por una cuestión de insalubridad.