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La que ha sido presidenta de Balears durante las dos últimas legislaturas, la socialista Francina Armengol, encara sus últimos días en el cargo para dar el relevo a Marga Prohens, del Partido Popular. En la extensa entrevista concedida a nuestro diario, la política progresista reivindica los avances políticos, económicos y sociales logrados durante su gestión al frente del Govern y, también, el talante dialogante en las relaciones del poder con la sociedad civil. Este es uno de los valores que más ha caracterizado su paso por el Consolat, tal y como reconocen los que han sido sus interlocutores en todos los ámbitos. Su actitud personal ha neutralizado durante ocho años la crispación social que dejó su antecesor, José Ramón Bauzá.

El impacto de la pandemia.
El último cuatrienio estará siempre asociado al impacto de la COVID-19. La pandemia puso a prueba el engranaje institucional del Estado. En el caso de Balears, la respuesta a la calamidad fue notable gracias al titánico esfuerzo del personal sanitario y al entendimiento de las instituciones públicas con los sindicatos y los empresarios. En este contexto, es obligado recordar los eficaces dispositivos de vacunación masiva; la comunicación fluida del Govern con las entidades sociales y los ciudadanos de a pie; y la gestión de las ayudas a las empresas. La rápida canalización de los recursos económicos evitó un desarreglo todavía peor de la economía.

Preparar el regreso.
Armengol no oculta su intención de recuperar la Presidència del Govern tras su paso por Madrid –encabezará la lista del PSIB-PSOE al Congreso en las elecciones generales del 23-J–. Ahora realizará un periplo político similar al que hicieron otros mandatarios. Y, por descontado, la salida del Consolat de la Mar no significa que renuncie a la dirección de su partido en las Islas, la plataforma indispensable para hacer realidad su próximo objetivo: volver.