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Tener un nicho en el mercado turístico norteamericano ha sido hasta hoy un objetivo inalcanzable. Los primeros intentos realizados décadas atrás acabaron en estrepitosos fracasos por un tema de conectividad; el vuelo sin escalas hasta el otro lado del Atlántico nunca se llegó a implantar. Ahora, sin embargo, Mallorca dispone durante toda la temporada de un vuelo directo con Nueva York y en consecuencia el escenario ha dado un vuelco radical. Diversificar los países emisores es uno de los ejes más importantes de la estrategia del Consell desde que asumió las transferencias turísticas, y todo indica que las políticas de promoción que se han efectuado están dando sus primeros resultados.   

El ‘hub’ neoyorquino.

Toronto, Los Angeles, Miami son ciudades de Canadá y Estados Unidos desde las que se podrá enlazar hasta Son Sant Joan vía Nueva York, conexiones que posibilitarán la llegada de hasta 12.000 turistas norteamericanos durante los próximos meses; una cantidad más que significativa teniendo en cuenta las particularidades de la demanda. Lograr posicionarse en el mercado americano no es sencillo, y menos para un destino como la Isla. Sin embargo, pocos lugares como el nuestro pueden cubrir las exigencias de calidad que demandan los turistas norteamericanos en aspectos como el alojamiento, la gastronomía, cultura, paisaje, ... Esta situación de privilegio de Mallorca lleva aparejado, además, un nivel de gasto muy por encima de la media.

Consolidar la experiencia.

La estrategia turística del Consell de Mallorca tiene que consolidarse, y esta apuesta no debe quedar como una mera experiencia sin continuidad. El compromiso debe asumirse con el conjunto de las fuerzas políticas como un modo de disponer de opciones alternativas para lograr el ansiado propósito de la desestacionalización y rentabilidad de la actividad turística en Mallorca.