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Este espacio editorial no está pensado para versar sobre personas que acaban de fallecer y, sin embargo, Pedro Pascual nos obliga a esta excepción porque ha sido una referencia humana y profesional de primer orden. Y es que fue un modelo de empresario de éxito comprometido con la realidad social; un hombre accesible y dialogante y con una extraordinaria capacidad de trabajo desde su compañía Hotels Viva. También fue un autodidacta que comprendió la oportunidad de la industria turística. Pascual optó por un perfil público basado en la discreción, la laboriosidad y la eficacia, siendo pionero en la aplicación de principios y técnicas innovadoras. Nos referimos a la circularidad y a la sostenibilidad, que forman parte del ADN de su modelo de negocio, donde también propugnó la paz social a través de acuerdos inteligentes con los trabajadores. Y hacia el exterior, dedicó su tiempo a colaborar con las asociaciones profesionales, aportando propuestas para la mejora del sector hotelero balear.

Compromiso social y cultural.

El compromiso de Pedro Pascual con Mallorca no se limitó a la actividad empresarial porque demostró su inquietud y espíritu solidario al ayudar a entidades como el Projecte Home y la Asociación Española contra el Cáncer. Su generosidad se tradujo en la entrega de importantes recursos también a proyectos culturales como la Fundació es Convent d’Inca, que él creó para mantener el espíritu de su ciudad natal.

Modelo turístico coherente.

Persona de mirada limpia y de gran corazón, deja huella en la Mallorca contemporánea al haber sido coherente en la defensa de un modelo turístico integrado en el entorno y con retorno a la sociedad. De ahí que su fallecimiento, a los 75 años, causara ayer conmoción y un unánime aplauso. Queda pendiente el reconocimiento público a la trayectoria profesional y al compromiso social de este mallorquín de
soca-rel.