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Baleares cerró el 2022 con 2,54 afiliados a la Seguridad Social por cada pensionista, por encima de la media nacional, que es de 2,24. Según los datos difundidos ayer por el Gobierno, la media de afiliados ocupados dados de alta en Balears, en diciembre pasado, se situó en 458.020, mientras que el número de pensionistas fue de 180.615. En España, la relación entre afiliados a la Seguridad Social y pensionistas se encuentra hoy en máximos de la última década, pero la edad media del grueso de los trabajadores y el envejecimiento de la población hace peligrar este equilibrio a medio y largo plazo. En este escenario, sigue pendiente la reforma de las pensiones que, según el Gobierno, incluirá la subida gradual de las cotizaciones máximas a la Seguridad Social durante las próximas tres décadas. La modificación del sistema de pensiones no avanza por las discrepancias entre PSOE y Unidas Podemos, así como los desacuerdos con las organizaciones empresariales y los sindicatos por el periodo de años cotizados para calcular cada pensión.

El cómputo de años es el escollo

Mientras Francia aprueba la elevación de 62 a 64 años la edad mínima de jubilación, en España la reforma de las pensiones, que debía estar cerrada el pasado 31 de diciembre, no se concreta. El Gobierno ha entrado con la UE en tiempo de descuento, que concluirá el 31 de marzo, para cerrar el acuerdo con los agentes sociales. El escollo es el cómputo de los años para calcular la cuantía, que el ministro José Luis Escrivá quiere pasar de los 25 años vigentes a 30 años pero cuantificando sólo los 28 mejores.

Impacto social y económico

Además de este periodo de cómputo tampoco hay acuerdo sobre la subida de las bases de cotización y la pensión máxima. El tiempo corre en contra del Gobierno, que no puede retrasar más una reforma con un gran impacto social y económico para trabajadores, empresas y pensionistas. Se avecina una avalancha de jubilaciones y no puede persistir esta incertidumbre.