De nuevo, al igual que ocurrió en la Revetla de Sant Sebastià el buen tiempo animó a muchos a salir a la calle y disfrutar del ambiente y el espectáculo pirotécnico, registrándose una gran multitud de gente.
El Correfoc comenzó de manera simultánea desde tres puntos diferentes del centro de Palma: Plaza de la Reina, Pont de la Riera y Jaime III con carrer Bonaire. La salida desde el Pont de la Riera en dirección a Jaime III, convirtió la céntrica vía en una zona terrorífica y estruendosa. Simulando la apertura de las puertas del infierno y ondeando las banderas de las colles participantes, los dimonis salieron con una actitud descarada y juguetona, algunos mezclándose entre el público y otros invitando a bailar bajo sus paraguas de fuego. Las colles de Illa Galera, Trabukats y Enfocats comenzaron a bajar por Jaime III, a ritmo de batucadas. Al mismo tiempo, desde la travesía del carrer Bonaire con Jaime III aparecieron los dimonis de las colles Encabritats, Es Cau de Boc Negre, Kinfunfa e Incubus.
La plaza de la Reina fue el escenario de salida de las tres bestias y el Drac de na Coca. Un punto con gran concentración de público animando el encendido y danzando junto a los artificios. Este año, las bestias se quedaron en la plaza, sin avanzar por es Born hacia plaza Juan Carlos I. Se quedaron a lo largo de una hora en dicha plaza, rodeando la fuente y turnándose. Mientras una cargaba los cartuchos de pólvora, las otras hacían vibrar a quienes no temían la lluvia de fuego.
Según fuentes de la organización anoche se quemaron cerca de 200 kilos de pólvora, se utilizaron alrededor de 7.000 artificios y salieron a recorrer las calles más de 200 dimonis de un total de 11 colles.
El público más joven no dudó en saltar y bailar entre los dimonis, quienes avanzaban sin prisas pero sin pausa por Jaime III. Algunos niños y niñas se refugiaban en los brazos de sus padres. Tocaba explicarles que no había que tener miedo aunque algunos con gestos obscenos se ganaban el desprecio de los más mayores. «No entiendo este tipo de espectáculo», comentaba una anciana mientras que una pareja de turistas no paraba de grabar y hacer fotos con su teléfono móvil.
Hubo pequeñas incidencias, quemaduras leves y molestias al respirar por el intenso humo que provocaba el encendido masivo. Por el contrario cada vez son más las personas preparadas con ropa adecuada, gorros y gafas que protegen los ojos. Y como en toda celebración popular, muchos se convierten en improvisados fotógrafos. Además de cámaras profesionales, que buscan la mejor imagen, muchos se adentraban en la fiesta y con ayuda del móvil intentan conseguir una buena fotografía o vídeo para subir rápidamente a las redes sociales.
Destacado trabajo el que realizaron los integrantes de cada una de las batucadas. Formaciones que ofrecieron un gran ambiente e incombustible ritmo. Los tambores resonaron en todo momento, arropando los huecos que se formaban entre un grupo de dimonis y otro. El masivo público que esperaba el encuentro entre las bestias y las collas, en la plaza Juan Carlos I, como en otras ocasiones se llevó un chasco y contemplaba como al llegar allí los dimonis hacían un encendido grupal y finalizaban su intervención.
El Correfoc marca uno de los momentos más vibrantes del programa de las fiestas de Sant Sebastià 2025. Un fantástico y esperado broche de oro para una celebración marcada por la cultura y tradición. El colofón perfecto a unas fiestas de récord por el número de asistentes que ha convocado el programa, pero no por los presupuestos ni por el cartel musical de la Revetla.
El Correfoc ha sido un claro ejemplo de la situación por la que está pasando el departamento responsable del consistorio palmesano. Además de poco presupuesto escasean las ideas. Hubo más ganas por parte de los ciudadanos y participantes que de los organizadores que se quedaron sin pólvora. En tan sólo una hora la fiesta terminó. Y eso que algunos hicieron lo posible por mantener más tiempo la llama encendida.
2 comentarios
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Poco fuego artificial ?, dos horas de cohetes ya fueron suficientes y para rematar, los batucadores brasileros disfrazados de demonis haciendo ruido, si por lo menos fueran acompasados.....
un poquet mes light que altres anys però segueix essent un gran correfoc, referent a tot mallorca