Cada mañana Pete Tirado se pasa por el bar Bolero. | Click

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Cada año, cuando llegan estas fechas, hablamos con Pepe Tirado, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresas de Servicios Turísticos de Mallorca (Acotur). Y lo hacemos con la intención de que nos esboce un avance de cómo se presenta el verano, tanto en Palma como en Calvià. Luego, en octubre, concluida más o menos la temporada, volvemos a hablar con él, cotejamos lo que ha pasado con lo que él aventuró y cada año le hemos de dar la razón, puesto que ha acertado al cien por cien en su vaticinio.

Así que quedamos citados en Magaluf, en la terraza del bar Bolero, por donde suele pasar todo el mundo con mando en plaza y a donde él va a tomar café cada mañana entre las 8 y las 10. «Y es que para saber lo que pasa en la calle, has de estar en la calle y hablar con la gente que trabaja en ella o que va de paso. Haciendo eso, te harás mejor a la idea de cómo funciona todo». Dicho lo cual, como bien diría Jack el Destripador, vayamos por partes.

¿Cómo se presenta la temporada en Calvià, concretamente en las zonas de Magaluf y Santa Ponça?
—A nivel turístico, dicen que bien. Y en cuanto a lo demás, me refiero a que todo funcione en orden, habrá que ir viéndolo.

¿Dónde radica el problema?
—Pues, como cada año, en el control policial y en las licencias de actividad. En lo primero, no me cabe la menor duda que el Ayuntamiento hace lo que puede pero, a veces, y siempre por lo mismo, por falta de dotación, no se consigue mantener el orden. El año pasado, en este aspecto, se notó cierta mejoría. En parte tuvo que ver la mano de Vox, que es quien lleva la policía, reforzando el verano con agentes de paisano, los que, como no los distinguen, pueden actuar mejor. Pero sí, es necesaria la policía, puesto que hay muchos frentes que cubrir, entre otros las rutas etílicas y el desmadre en general, prohibidos por el decreto de excesos. Luego está la prostitución callejera, que deriva en robos y violencia, sobre todo a ciertas horas de la madrugada, cuando algunos turistas van algo borrachos. O muy borrachos. Son los turistas que, generalmente, hacen la ruta del alcohol, que no veas como terminan tras haber visitado una serie de locales bebiendo en cada uno de ellos. Y luego están las licencias de actividad. Que una cosa es que tengas una licencia para abrir un bar y otra que la uses abriendo el bar y a la vez organices excursiones diversas, rutas del alcohol..., lo que se traduce en desorden, descontrol y competencia desleal. Por eso, como ha sucedido cada año, el Ayuntamiento a través de la policía debe de controlar el uso que se hace de la licencia.

¿Qué otros problemas hay?
—Excesivos vendedores de todo, que campean a sus anchas, ya sea de día, de tarde, de noche, de madrugada. Son vendedores que, repito, te venden de todo, desde una camiseta falsificada a alcohol… ¡O lo que sea!

Pasemos a la Playa de Palma, un terreno que Acotur conoce como la palma de su mano. ¿Qué problemas hay ahí?
—Mira, lo importante de una zona turística es que el turista se sienta seguro y que los lugares por los que pase, sean paseos, calles o la playa, estén limpios. Para Jaime Martínez, el alcalde de Palma, según nos dijo, «el cambio está aquí». Ahora solo falta ver si es capaz de conseguirlo. Pero voluntad sí que tiene y encima puede contar con nuestra experiencia, pero…

¿Pero qué…?
—Que son muchos problemas que, como se viene repitiendo año tras año, se han hecho muy grandes como para que tengan una solución fácil. En la Playa de Palma hay carteristas, pedigüeños, prostitutas, masajistas y vendedores de todo. Estos dos últimos actúan en la playa, cuando los turistas toman el sol. ¿Te imaginas lo que suponen estos vendedores para los que tienen tiendas o bares, que pagan impuestos, y que venden lo mismo que ellos, pero estos mucho más barato? ¿Te imaginas la competencia desleal que es eso? ¡Ah! y luego están los botellones nocturnos, junto a la playa.

Y a ello sumémosle otro de los clásicos del verano, la venta y consumo de alcohol en la vía publica, actividad que el alcalde ha dicho que quiere cortar, ¿no?
—Sí, ya te digo… ‘El cambio está aquí’, dice él. Pues bien, que lo ponga en marcha a base de vigilancia policial y multas a los infractores. Pero, con una policía que se vea, pues la presencia policial es importante. Y ya digo, estamos dispuesto a ayudar tanto al de Palma como al de Calvià… Pero es que hay que ponerse ya. Repito, con mayor dotación policial y controlando las licencias que se dan a base de inspecciones que verificarán el uso que se hace de ellas. Tampoco hay que olvidar la limpieza. Porque no basta con buena voluntad y quererlo hacer, hay que hacerlo. No es justo que el empresario, que paga impuestos, vea como su producto se vende, o se ofrece en la calle, sin ningún control, a un precio inferior. Tampoco es justo que el turista sea molestado por vendedores de todo a lo largo del día. Ni tampoco es justo que la playa, al atardecer, se quede llena de botellas y latas vacías, además de restos de frutas y comida. Que eso es así porque alguien, sin ninguna medida higiénica, lo vende en la playa.

Resumiendo…
—Pues que hay que tomar medidas, pero ya. No solo porque con ellas se favorece a los turistas, sino porque se debe de evitar, gracias a ellas, el agravio que se crea diariamente a los comerciantes con toda la oferta complementaria ilegal que hay tanto en Magaluf, como en Santa Ponça y la Playa de Palma. Y repito, que ambos ayuntamientos, con cuyos gobiernos nos llevamos bien, mucho mejor que con los anteriores entre otras cosas porque mantenemos diálogo, cuenten con nuestra experiencia, ya que si todos tiramos del mismo carro, la mejoría en ambas zonas será posible.

Pues lo dicho: quedamos con Tirado en volvernos a ver en octubre y hacer balance.