Francesc Busquets, en una imagen captada en Palma. | Click

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Francesca Busquets verá muy pronto hecho realidad algo por lo que está luchando desde que tenía 4 años: formar parte del cuerpo de baile de un gran teatro, como es el Mikhailovsky Ballet Theater de San Petersburgo, en el que ya está desde hace tres años su hermana, Aina, bailando roles de solista. En unos pocos días dos jóvenes mallorquinas, las únicas españolas, y al son que marque Nacho Duato, exdirector artístico de la Compañía Nacional de Danza (1990-2010), formarán parte de uno de los grupos de danza del teatro más importantes del mundo.

Un duro aprendizaje

Con Francesca estuvimos hablando una tarde de la semana pasada en el Bar Bosch. No podía ocultar su felicidad. Estaba acompañada por Natalia Dorado, esposa del pintor José María Fayos y profesora de danza del Conservatorio, ya que fue quien inició a la joven en la Escola de Música i Dansa d’Esporles hace muchos años. Su hermana, dos años mayor que ella y que dio sus primeros pasos como bailarina en Banyalbufar, la está esperando con los brazos abiertos en San Petersburgo.

Francesca es alta, delgada, con una mirada penetrante y, ya sea andando o hablando, sentada o de pie, notas que sus movimientos de brazos y de manos son propios de alguien que domina su cuerpo, igual que su mirada, con la que posiblemente abarque más que la de otro cualquiera. Y es que son muchos años de trabajar a diario. Para ser más concretos 24, seis días a la semana… ¿Se imaginan lo que es eso? Un trabajo duro entre calentamiento, ejercicios de barra y centro, saltos, movimientos diversos, hacerse con el papel que le dan, o tener que adaptar el que conoce y domina, como le ocurrirá cuando llegue a San Petersburgo, donde sabe que Nacho Duato ha creado nuevas coreografías del repertorio clásico, algunas de las cuales ella ya ha bailado. Pero no le importa. Porque lo que vale es estar allí, formar parte del grupo… Aunque tendrá que entrar con fuerza, pues llega cuando la temporada está a la mitad, por lo que deberá subirse a ella dispuesta a ponerse a la altura de los demás. Que lo conseguirá. Seguro.

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Trabajo constante y duro

Francesca reconoce desde el primer momento en el que nos sentamos a hablar que nunca se planteó ser bailarina, «sino que, como disfruto bailando, dejo que fluya. Y así he llegado hasta aquí para seguir avanzando». Naturalmente, llegar hasta donde ha llegado -le decimos- no habrá sido sencillo. «No, claro -sonríe-. Es un trabajo constante, a veces duro, sobre todo la preparación, luego están las actuaciones en teatros…», que ella ya ha hecho en distintos puntos de Europa: Ballet Blanc, Deutsche Oper Berlín, Friedrichstand Theater, Pasodos Dance Company, State Opera Ballet of Bulgaria Varna, Grand Theater Cardiff UK, Oxford Theater UK o el Ull Theater UK. Durante este tiempo, además, ha interpretado papeles como Myrtha Reina de las Willies, en Giselle; la madre de Julieta, en Romeo y Julieta; el Hada Sunrise, en Coppélia; Danza española, en El Cascanueces; Princesa Rusa, en Galas de Danza, o grandes cisnes en El Lago de los Cisnes.

Audición por videoconferencia

¿Que cómo logró entrar en el Teatro Mikhailovsky de San Petersburgo, y más cuando el momento para viajar a Rusia, a fin de hacer las pruebas de admisión, no es el más apropiado por la guerra con Ucrania? «Sencillamente mandé un correo electrónico, al que siguió una audición a través de videoconferencia: los profesores desde San Petersburgo, observándome, y yo desde una de las salas del Conservatorio de Música de Palma, con el apoyo incondicional de mi madre y haciendo de cámara mi padre -su progenitor es Xisco Busquets, persona conocida y querida en Mallorca, ya que regentó el bar Es Fonoi en la entrada de la plaza del Vapor de Palma, del que muchos de nosotros guardamos gratos e inolvidables recuerdos-. A esa audición llevé una serie de temas preparados de un repertorio ensayado previamente, además de unos ejercicios de barra y centro. Aparte les mandé vídeos. ‘¿Qué más nos puedes ofrecer?’, me preguntaron. Entonces les ofrecí el baile de Odette, el cisne blanco de El lago de los cisnes, que había preparado con el maestro Gavin de Paor, en la escuela Pasodos. El baile me lo hicieron repetir varias veces y por último me invitaron a que hiciera ejercicios de saltos y… ‘Ya te diremos’, me dijeron. Y a las tres horas se pusieron en contacto conmigo para notificarme que iban a tramitar mi visado, que estará listo a finales de marzo, que será cuando viajaré a San Petersburgo donde me presentaré a Nacho Duato, el director. Como he dicho, llegaré con la temporada muy avanzada, por lo que rápidamente me tendré que poner al día. Imagino que cuando pise aquel lugar me emocionaré, pues hacerlo es ver un sueño hecho realidad. Y me emocionaré también por reunirme con mi hermana, bailar con ella…». Y pensar que todo comenzó en Esporles, hace algo más de 20 años… Pues mucha suerte, a las dos.