Actualmente La Matica es un centro educativo al que acuden cada día 90 niños, la mayoría de los cuales provienen de familias de origen haitiano. «Son niños que no tienen garantizada una comida al día, y que están fuera del sistema educativo de República Dominicana», comenta Ximelis. En La Matica cada día una educación basada en el método Montessori, además de garantizar a los menores dos comidas al día. Todo ello en un entorno de igualdad, respeto, valores y mucho cariño. Tanto el profesorado, como todo el personal de La Matica (cocineros, mantenimiento, limpieza....) son dominicanos. «Muchos de ellos, en su momento fueron beneficiarios del proyecto, y ahora tienen la oportunidad de tener un trabajo con un sueldo bastante más elevado que el habitual en República Dominicana, además de estar en un entorno muy familiar», comentan.
El centro inicialmente era una casa particular, y después de una gran reforma liderada por el arquitecto mallorquín Tolo Cursach, logró grandes mejoras y espacios multifuncionales. La ONG nació con el nombre de AEA Solidaria (Asociación de empleados de aeronáutica solidaria) pero ahora están en un momento en el que quieren reconocer su proyecto principal, motivo por el que pasarán a denominarse Fundación La Matica. El objetivo de este cambio es dar visibilidad, y hacer que la gente reconozca ese nombre como sinónimo de un proyecto mallorquín que regala sonrisas en República Dominicana.
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