La artista se ha tomado unos meses de descanso en el teatro para tratar de acceder a Eurovisión. | Agencias

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El autosabotaje y la falta de confianza llevaron a Angy Fernández progresivamente cada vez más lejos de la música, el campo en el que dio sus primeros pasos hace 16 años y al que ahora regresa. Lo hará en Benidorm Fest con un tema en el que narra su catarsis. «Quería contar mi experiencia; para llegar al público hay que ir con la verdad», cuenta Fernández ante los versos de Sé quién soy, la canción con la que, entre el 30 de enero y el 3 de febrero, se jugará ser la representante de España en Eurovisión 2024. «Hubo una época en la que estaba enfadada con el mundo, porque cuando tienes veintipico y las cosas te no salen como quieres, es difícil proyectar seguridad. Pensaba: ‘No me quieren’. Después de mucha terapia y experiencias, entendí que si no me quería yo, ¿quién iba a aceptarme?», reflexiona la artista palmesana. Fue en el 2007, cuando un segundo puesto en la primera edición de Factor X, le permitió lanzar su debut discográfico, Angy, en el que prácticamente no decidió nada.

En 2008 saltó a la interpretación en la popular serie Física y química. La convirtió en un rostro todavía más conocido y le abrió las puertas del mundo en el que ha tejido su carrera, salvando un segundo disco, Drama queen (2013), que llegó tras ganar la primera edición de Tu cara me suena. «Con ese disco ya me propusieron ir a Eurovisión, pero me daba mucho miedo enfrentarme a las críticas», confiesa la artista. No volvió a lanzar más música hasta 2023, cuando publicó el sencillo Dualidad y recibió una llamada de los asesores de Benidorm Fest.

Con poco tiempo para preparar una propuesta, inició la búsqueda de repertorio, pero esta vez la canción respondería a su propia voz. «Antes no sabía qué quería contar. Me ayudó empezar a hablar de salud mental y escribir. No me considero una gran compositora, pero no quiero que suceda como en mi primer disco, sino que refleje lo que quiero contar. Si no, no me quiero dedicar a esto», afirma. De este modo, empezó a probar con autores y productores españoles. «Encontré algo muy actual, pero era más bien lo que la gente quiere para ir de fiesta y se iba de mi esencia», explica Angy, que acabó trabajando con un equipo sueco, entre cuyos componentes se encuentra uno de los autores de Tattoo, el tema con el que Loreen ganó Eurovisión 2023.

Angy recompuso no solo la letra, sino también el estilo de la canción, añadiéndole un toque rock. «Hay a quien le ha parecido antigua, pero creo que la gente anda muy nostálgica. No hay más que ver los festivales, con Avril Lavigne y Sum41», alega la artista, admiradora de Pink. Con los años ha reunido un equipo de confianza, que la ha ayudado a confeccionar una puesta en escena a su medida, como el escenógrafo David Mínguez, con el que trabajó en La llamada, y su amigo de la Isla de toda la vida, Álex Manga, coreógrafo de Abraham Mateo. «Creo que será emotivo, con fuerza, pero también con una sensibilidad que va a emocionar», anticipa la cantante, muy experimentada en directos por sus años en musicales como Kinky Boots.

Comprometida esta temporada con la obra Una terapia integral en el Teatro Fígaro de Madrid, Angy reconoce que de la evolución de Sé quién soy dependerá su retorno a la música. «Me gustaría hacer algunos conciertos en 2024, pero sin dejar de lado mi carrera como actriz de teatro», dice Angy, menos inquieta por las críticas ajenas o, incluso, por las propias.