Morgan Freeman con una acompañante y Sandro Putignano. | Julián Aguirre -

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Si Morgan Freeman no se hubiese parado aquella tarde-noche del 8 de enero de 2022 en el restaurante Sandro y no hubiese exclamado «es la mejor boloñesa que he comido en mi vida», seguramente hoy no estaríamos hablando del conocido establecimiento de cocina italiana que ocupó parte de las noticias en programas de televisión, periódicos y revistas. Sandro Putignano, propietario del restaurante Sandro, hacía ayer balance de lo que ha supuesto el paso del prestigioso actor norteamericano. «Ha sido un antes y un después», aseguraba mientras colgaba las fotografías que se hizo con Morgan Freeman, algo que hasta ahora no había tenido tiempo de hacer. «Ha sido un año muy intenso, en el que hemos trabajado muchísimo y del que estamos muy contentos».

Al día siguiente de publicarse la noticia en Ultima Hora, el teléfono del restaurante no paró de sonar con clientes que querían hacer su reserva: «Tuvimos que comenzar a doblar turnos tanto al mediodía como por la noche». Pero la sorpresa fue mayúscula cuando tres noches después, y sin previo aviso, Morgan Freeman volvió a aparecer por la puerta con unos amigos. «Los clientes alucinaban y Morgan se mostraba muy amable con todos ellos», recuerda.

No hay dos sin tres

En diez días que estuvo Morgan Freeman en la Isla, rodando la serie Lioness junto a artistas como Nicole Kidman y Zoe Saldaña, el norteamericano fue tres veces a cenar al restaurante Sandro. «Se encontraba como en casa y poco variaba en su menú compuesto por bruschetta pomodoro (clásico pan tostado aliñado con tomate en cubito, ajo y albahaca, además de aceite de oliva), un plato clásico de tagliatele con pasta boloñesa y Tiramisú como postre».

El éxito fue muy bien aprovechado por Sandro Putignano quien reforzó a su equipo de sala y cocina. «Éramos cinco trabajadores y este año hemos llegado a estar 16 en plantillas». El restaurante Sandro celebra este 2024 su décimo aniversario y cuenta con una variopinta clientela entre políticos, deportistas, artistas y público en general que sabe apreciar la buena cocina casera.

Y apareció el rey Felipe

Semanas después, antes de comenzar la Pascua, un domingo por la noche aparecía el rey Felipe VI acompañado por dos parejas. Ocupaban una mesa reservada para seis junto al ventanal por el que cada vez que pasaba algún transeúnte se podía ver la cara de asombro que ponía al ver al monarca cenar en la misma mesa que lo hizo Morgan Freeman.

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Don Felipe, tras la cena, aceptó hacerse una fotografía para el recuerdo con Sandro. Otra visita que, aunque fue fugaz, tampoco pasó desapercibida ante los medios de comunicación y la sociedad provocando que la lista de espera para comer o cenar en el Sandro aumentara.

Un año después el restaurante Sandro sigue tratando a sus clientes como reyes y famosos, «todos son iguales, aunque Morgan Freeman siempre será especial», comenta Sandro.