Los artesanos premiados posan junto a las autoridades tras la entrega. | Pere Bergas

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El Centre Cultural de la Misericòrdia se convirtió este sábado en el escenario de la entrega de Premis d’Artesania de Mallorca, impulsados por el Departament de Cultura i Patrimoni del Consell, y que reconocen la excelencia y el talento de los artesanos de la Isla, además de su inestimable esfuerzo por mantener con vida los oficios tradicionales y el patrimonio de Mallorca. De este modo, siguiendo la música de los Xeremiers de s’Estació, y de la Banda Municipal de Marratxí, que ofrecía un breve concierto en los jardines, numeroso público accedió al centro cultural, donde estuvieron presentes el presidente del Consell, Llorenç Galmés; la vicepresidenta de la institución, Antònia Roca, y el director insular d’Artesania, Pere Ferrer, entre otras autoridades. Esta décima edición de los reconocimientos deja patente que, pese a todas las difilcultades, la artesanía está viva, pues ha sido el año que ha contado con más candidaturas, con un total de 90 proyectos presentados.

Como novedad en esta edición, un requisito indispensable para lograr el Premi d’Artesania de Mallorca, dotado con 7.000 euros, era que el proyecto debía perseguir la sostenibilidad. Por el carácter de su oficio, este primer premio recayó en el mestre moliner del Pla de Sant Jordi Miquel Ramis Bordoy, con su proyecto Restauració d’un molí, que muestra cómo ejecutar la restauración de un molino de madera, de hierro, y la maquinaria interior de un pozo.

Uno de los molinos restaurados por Miquel Ramis.

El Premi de Tradició Artesana, de 5.000 euros, fue para el mestre xarxer Jaume Amengual Serapio, séptima generación de pescadores del Molinar de Palma, con su obra Xarxa de Botaló. El xarxer pidió apoyo institucional para asegurar el relevo generacional y destacó la importancia de crear cursos de xarxaires para los jóvenes pescadores. Por otra parte, el Premi Disseny i Innovació Artesana, de 5.000 euros, fue para la cordadora de cadires de Manacor Magdalena Riera, que presentó Butaca de llar, una pieza que concentra su seña de identidad: el uso de colores y patrones con cordón de algodón y lino. El Premi Gastronomia de Mallorca, de 4.000 euros, recayó en el mestre forner Jose Trias Planas, con su Coca de torró variant mallorquina, de la que se valoró la modernidad en una receta tradicional, el uso de productos de la Isla y de temporada, así como su gran accesibilidad al público general.

La ‘Xarxa de Botaló’ de Jaume Amengual fue la ganadora del Premi Tradició.

Por su parte, la patronista y modista de Alaró Joana Maria Borràs logró el Premi Moda de Mallorca, de 4.000 euros, con la obra Camia de Mallorca, que utilizan tejidos naturales y locales. Y, finalmente, el Premio de Promoció Artesana, de 5.000 euros, fue para el ceramista Roberto Paparcone, con la obra Sa Gerreta, una pieza que entremezcla el arte, la alfarería, el diseño y la reinterpretación de la tradición local, y se inspira en los descubrimientos de la excavación del convento de Santa Catalina de Palma. Además, se otorgaron tres accésits, de 1.000 euros cada uno, a proyectos destacados que no ganaron en su categoría: al Trinxet del ganiveter de Santa Eugenia Xavier Verd; a la obra Canyís amb Albercocs, del joier de Campos, y el Coixí de la muntanyeta, de la tintorera natural Tatiana Sarasa. Tras el acto, el presidente del Consell anunció que la institución organizará un mercado de artesanía de la Isla el próximo mes de septiembre, en el marco de la Diada de Mallorca.