Lisa Tomanin muestra la pasta de henna. | Youtube Ultima Hora

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«Lo llamo arte ritual o decoración de henna. No utilizo la palabra tatuaje porque confunde y la gente piensa que se trata de ese tinte negro que se hacía antes en las playas turísticas». Lisa Tomanin (Milán, Italia 1991) dibuja sus palabras con la misma facilidad con la que crea rubricados diseños color caoba. Licenciada en Mediación Lingüística Cultural en la Universidad Estatal de su ciudad, es una de las pocas creadoras de este arte milenario que trabajan actualmente en Mallorca. Unir su pasión por el arte con la naturaleza y sus procesos, además de una curiosidad por la idiosincrasia de la cultura, filosofía y lengua de la India, fue lo que empujó a Tomanin a tomar el camino de aprender.

«Descubrí la henna en 2012 y desde entonces no he dejado de realizar diseños», nos cuenta antes de crear cuidadosamente un diseño con el nombre en lengua hindi del que firma este reportaje. «El mundo de la henna llegó a mi vida por una pasión por la India. Durante la pandemia tuve la oportunidad de estudiar online con una artista india con la que he estado dos años. Ella se llama Miral Patel, y gracias a ella aprendí a elaborar una muy buena pasta de henna. Mi sueño sería volver pronto a la India, ir a su estudio, conocerla mejor y hacer cursos de actualización. Hay muchas técnicas de dibujo y diferentes mehendi (decoraciones de henna). Mi nombre artístico, y por el que se me puede encontrar en Instagram, es @rojo_mehendi, que significa rojo como la henna».

Tomanin explica el origen de esta técnica de ‘grabado’ en la piel. «La henna no tiene un origen concreto. Los primeros descubrimientos datan de mucho antes de Cristo, en Egipto. Se usaba como cosmético para teñirse el pelo o esmalte para uñas. La planta de la henna (lausonia inermis) siempre ha sido usada por razones médicas o cosméticas. Tiene propiedades medicinales o cosméticas antibacterianas». La artista continúa relatando que «la henna forma parte también de la tradición de muchos países del norte de África y Medio Oriente. La planta de la henna crece en zonas áridas y secas. Lo fundamental es que crezca con una parte de ‘lausone’ muy alto, que es la molécula que tiñe. El polvo de las hojas que usamos está filtrado muchas veces; lo mejor sería unas cinco tandas».

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Diseño con el nombre en lengua hindi. Foto: P. BOTA.

Esencia

«En la India hacerse henna significa una bendición, un deseo de buena suerte y un ritual de pasaje para cada cambio en la vida de la mujer: en su boda, al bajarle la primera regla, en la pubertad, al llegar a la edad adulta, en el embarazo o cuando se casan... Así, la mujer puede entrar en una nueva fase renovada y purificada». Tomanin señala también que «hay un sentido espiritual dependiendo de la ubicación de la estampa de henna: en las manos abiertas al cielo simboliza la dirección de los rezos y te acerca a lo divino, mientras que en los pies te conecta con tus raíces».

«Nuestros sueños y pasiones pueden convertirse en un trabajo aunque tememos perder su autenticidad, su sacralidad. La henna es también un poco una moda, pero depende de nosotros expresar y hacerlo de la manera más respetuosa y auténtica posible. Me gustaría aplicarla a elementos propios de nosotros. En muchas creaciones se representan monumentos, ciudades o elementos que recuerdan la vida de la pareja o algo personal. Sería bonito aplicar la esencia de Mallorca a este arte y proponer algo nuevo para gente de aquí y expresar temáticas locales», desea. La creadora despeja un malentendido sobre esta tendencia y es que «la moda de tatuar las barrigas de las embarazadas no se hace en la India, es una moda que nació en Estados Unidos, creo. Se puso de moda allí y se expandió por el mundo».