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Pel juny, l’albercoc, en vuit dies és groc. Si por algo se conoce al municipio de Porreres es por el cultivo y la calidad de sus albaricoques, una delicia en cualquiera de sus formas y elaboraciones. En Porreres se produce cerca del 70 por ciento del fruto en la Isla, y se encuentra en plena temporada. Así, en el pueblo el albercoc es todo un emblema, un símbolo que a partir de ahora podrán vestir y lucir con orgullo. En el marco de la Fira de l’Albercoc, celebrada el pasado fin de semana, y en colaboración con la Cooperativa Agrícola de Porreres, el joyero Damià Mulet (Campos, 1975) lanza Prunus Armeniaca, una colección de joyas en homenaje al albaricoque y la vida en el campo, alhajas que maravillan a propios y extraños.

«Hace ocho años lancé una colección dedicada a las tàperes, el fruto característico de Campos: en verano la gente solía recogerlas y con lo que ganaban en la feria, se compraban una joya. Hoy ya no se recogen, pero deseaba inmortalizar esa tradición. Y en esta línea hemos lanzado Prunus Armeniaca; la joyería es otra vertiente artística y, como artistas, creamos sobre lo que conocemos. El campo siempre me llamó la atención. Yo soy de fora vila, y me gusta inmortalizar cómo la gente foravilera cuida a los albaricoqueros como a sus propios hijos. Yo le pongo el mismo cariño y respeto a mis joyas», explica Mulet. De padre relojero, es la primera generación de joyeros de la familia y desarrolla su oficio en la Rellotgeria i Joieria Mulet de Campos, así como en la Escola d’Art i Superior de Disseny de Palma, donde es el jefe del departamento de Joieria Artística y mestre de taller.

Pero esta no fue una idea original de Mulet. La colección Prunus Armenicus surgió a raíz de un encargo de Esperança Mora, gerente de la Cooperativa Agrícola de Porreres. «Como porrerenca, llevo el albaricoque dentro del alma. Ya había visto la colección de las tàperes, y pensé que era muy bonito enraizar el sentimiento de un pueblo en una joya o un pequeño detalle, porque ya no llevamos joyas sofisticadas. Fui abuela hace dos años y pensé: «Ca! Aquesta neta meva ha de tenir una cosa especial com a porrerenca», y contacté con Damià. Más tarde pensé que mi alegría podía ser compartida por todo el pueblo, así que al final se realizó toda la colección», afirma Mora, que cuenta el éxito que ha tenido entre los habitantes del municipio y habla sobre la temporada de albercoc de este año.

«Este año la temporada ha sido algo accidentada por las lluvias, el granizo... Ahora acabamos el roig carlet, que se recogió para la Fira; esta semana es la plena del canino y a partir de Sant Joan, el poco galta vermella que tenemos. El albaricoque empieza a recogerse sobre el 13 de mayo y acabamos el 9 de julio, en las campañas donde haya mucha galta vermella, que no es el caso. Si continua haciendo el sol intenso del fin de semana, se acelera; habremos acabado a finales de este mes. El cambio climático es una evidencia y debemos adaptarnos a lo que viene: aguas torrenciales, temperaturas altísimas, etc. Si el árbol se adapta, perfecto, y si no, tendremos que dedicarnos a otro cultivo, o ver cómo responden las nuevas variedades», afirma Mora.

Esta colección está compuesta por pendientes, anillos, collares y pulseras, que pueden lucirse en dos colores: plata y plata bañada en oro, «que simula el color amarillo del albaricoque. Para crear la colección, en primer lugar realicé un molde en forma de albaricoque, con el que más tarde hice las reproducciones. Todas las joyas se hacen a mano», concluye el joyero que, de momento, produce las alhajas bajo pedido. «Espero que dentro de unos dos meses ya tenga buena producción y la gente pueda venir a la tienda a probárselo y llevárselo. Tengo pensado sacar una línea en oro».