Ángel Cortés, en nombre de «quienes te quieren», le llevó una tarta y le dejo un libro: ‘Los viajes de Gulliver’, para que soñara.

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Creemos que habrá muy poca gente que conozca a Silvia Luna y no la quiera. Pues bien, hace unos días, Silvia, enferma de leucemia, que la dejó parapléjica, lo que significó cortarle sus sueños y su brillante carrera como cantante, escribió en el WhatsApp de Fotos con Historia, de la que hace unos años fue madrina, dando, además, visibilidad a esta enfermedad de la que tan poco se había hablado hasta entonces, que tenía dos sueños: tirarse en paracaídas y tumbarse sobre la arena del desierto.

Al leerlo, avisé a Ángel Cortés para que le hiciera la mejor tarta del día, «pues la vamos a ir a ver dentro de un rato, y se la damos con una nota que ponga: en nombre de todos tus amigos, que te quieren mucho». Y así lo hicimos. Y para que siguiera soñando, junto a la tarta le dejamos un libro: Los viajes de Gulliver. A los pocos días mandó un vídeo. Ella iba subida en el asiento de atrás de una avioneta de color blanco, en una, camino de ir a la posición para despegar, y en otra,    ya en pleno vuelo, sobrevolando Palma, y más tarde –según nos dijo– la Serra de la Tramuntana, alguna playa…

«Fue una experiencia maravillosa. No me tiré en paracaídas… Porque, siendo realista, no puedo. ¡Pero volé! Y lo conseguí gracias a dos amigas mías, Jessi y Marga. ¿Que cómo…? Marga habló con un piloto, le contó mi ilusión, y este, que se llama Dani, por cierto muy amable y muy guapo, me invitó a volar con él en una avioneta acrobática... Y cuando me lo dijo, ¡ni me lo pensé!, me desplacé de casa hasta la pista, me subieron al avión…¡Y a volar! ¡Una hora, eh! La experiencia, al igual que la sensación que tuve,    fueron maravillosas».

Y es que, como decimos, los sueños pueden ser realidad cuando uno menos se lo espere… «Sí, seguro… No me pude tirar en paracaídas, entre otras razones porque los médicos no me lo hubieran permitido. Pero volé, dándome la impresión de que lo hacia con Tom Cruise, en Top Gun…».

Ahora le queda lo del Sáhara… «Que si no voy, pero me tumbo sobre la arena de cualquier playa… Pues igual es lo mismo… Aunque yo sé que no es lo mismo». Vale, pues sí. Pero tampoco nunca digas jamás. Ya viste… No te lanzaste en ‘paraca’, pero volaste. Y es que todo es posible… Y en todo incluimos los sueños…

Y hablando de sueños que se pueden hacer realidad, el sábado salió en las distintas redes sociales, y en YouTube, el videoclip de su canción, Payaso. Es una realización muy bien lograda por parte de Víctor Jordá,    en la que Silvia, con cambios continuos de atrezo y vestuario, así como de tomas en distintos lugares –la del piano, por ejemplo, con ella tumbada sobre este, cantando, acompañada por Fede, su músico de toda la vida–, deja bien claro, primero, que sigue manteniendo su maravillosa voz, segundo, que sus dotes de interpretación siguen intactas, y tercero, que si por ella fuera volvería a los escenarios… Cosa que no hemos de descartar, porque si hay ilusión, que la hay, y ganas, que también las hay, los sueños, como ya hemos dicho –y visto– se pueden convertir en realidad.

Por cierto, Silvia quiere agradecer el apoyo y colaboración que ha tenido por parte de Paco Mayoral, de Musibal y Toni Gil, así como a Trui Teatre, Circo Stromboli, Son Amar, de los artistas que han trabajado en la producción del vídeo, a la vez que os ruega que tras verlo lo compartais en vuestras redes. ¡Ah!, y gracias también a sus dos amigas, Marga y Dessi, y a Dani, el piloto.

Si quieres, puedes

Como os adelantamos hace unas semanas, la pintora Malena Tous, que tiene, además, una escuela de pintura y dibujo, el próximo 16 de junio, a las 19 horas, inaugura en la Fundación López Fuseya (C/ Teresas, 4, de Palma), una exposición de pintura en la que colgará trabajos de ocho alumnos suyos, Alejos Mejía, Luz Maya Vargas, Miguel Gerardo Perelló, Aura del Pilar Nicolau, Sandra Romero, Paul Stalyn Mera, Víctor Palou y Victoria Sastre.

Esta exposición, que es un premio al trabajo de estos jóvenes pintores, debe de ser, a la vez, un estímulo para sus compañeros de clase, que deben de pensar que si aquellos, gracias a su esfuerzo y aprendizaje, pueden ver colgadas sus obras en las paredes de una prestigiosa galería, ¿por qué no ellos podrían hacer lo mismo en cursos próximos? Y es que en esta vida todo gira en torno al si quieres, puedes.