Pau Forner posa sonriente antes de dar comienzo a la entrevista. | Teresa Ayuga

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Decía John Lennon que «la vida es lo que pasa mientras haces otros planes». Tan sabias palabras no pasaron inadvertidas para Pau Forner, un ejecutivo con una inmaculada hoja de servicios, a quien le tocó afrontar la gran encrucijada de su vida: abandonarlo todo en pos de un sueño. Llegado ese punto tan estimulante como retador, no le tembló el pulso y actuó con entereza. Dio un portazo a su confortable despacho para acomodarse en el organigrama del Mallorca Live Festival. No hay mejor vacuna contra el remordimiento tardío, ese que sobreviene al hombre en su senectud, atormentándolo con aquel momento que pudo cambiar su vida y dejó escapar con estupor. Bueno, quizá nos pasemos de épicos, pero ya saben lo que dicen: toda gran historia merece ser adornada.

Deja un trabajo boyante por amor a la música...
— En parte sí, había sido patrocinador de Mallorca Live desde los orígenes a través de mis trabajos en Baleària y Autovidal. Y con la pandemia, el director del festival me planteó entrar y ahí fue donde supe que no podía dejar pasar ese tren.

¿Cuáles son sus funciones en el organigrama del Mallorca Live?
— Soy el responsable de toda la relación con las marcas y los patrocinios, al fin y al cabo yo venía del márketing. Y también coordino junto a otra persona la parte de comunicación; además este año hemos lanzado un área nueva de touroperación de la que también soy responsable.

¿Sentía que su vida anterior había cumplido un ciclo?
— Sí, sentía el gusanillo de trabajar en lo que para mí siempre había sido un hobby.

¿Su mujer estaba tan entusiasmada como usted?
— No, para nada. Este es un sector duro, y con niños pequeños conlleva un sacrificio importante.

¿El cambio irrumpió de la noche a la mañana, en plan Jerry Maguire, o se fue fraguando a fuego lento?
— Se fue fraguando a fuego lento. En el año 2018 hubo un acercamiento con el director, me dejó con ganas y después de la pandemia se acabó de fraguar.

¿El miedo y la incertidumbre deben ahogar nuestros sueños?
— Hacen que te cuestiones muchas cosas, pero este proyecto es muy chulo y siempre digo que ‘mientras mantenga la pasión por la música, aquí seguiré’.

¿En qué aspectos ha mejorado su vida y en cuáles ha empeorado?
— Ha mejorado en que tengo una flexibilidad profesional que a lo mejor otra empresa más convencional no me permitiría. Y ha empeorado en que a veces el fin de semana, que antes era un tiempo para mi familia, ahora hay que darlo al proyecto.

¿Alguna vez se arrepintió de haberlo dejado todo?
— Bueno... durante el festival hubo momentos de saturación y replanteamiento, pero bueno, al final hemos salido reforzados. Siempre digo que es una auténtica montaña rusa emocional, pero merece la pena.

¿Trabajar con el corazón es más fácil que con la cabeza?
— Bueno, como sabe, no estoy directamente involucrado en la parte musical, así que en ese sentido dejo un poco al lado el corazón. Aplico la parte de cabeza, que es de donde vengo, del mundo de las marcas, de los medios, solo que ahora lo aplico en un producto que me entusiasma.

¿Cuál ha sido la clave del crecimiento que ha experimentado el festival?
— Hay un punto vocacional de todos los miembros del equipo, y también mucha pasión en todo lo que hacemos.

¿Dónde se ve en diez años?
— Me gustaría estar trabajando la decimosexta edición del festival, viviendo de forma menos estresante y pudiendo compaginar lo profesional con lo personal.

¿Ha alcanzado sus sueños de adolescente o todavía sigue soñando?
— Siempre hay sueños que aparecen, ahora como padre muchas de las ilusiones que tengo    son sueños de mis propios hijos que los vives como si fueran propios.

En ocasiones, ¿el éxito consiste en saber decir no?
— Sin duda, y también saber elegir el momento.

Además de aprovecharla, ¿qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida
— Rodearte de gente que te enriquezca en el día a día, tanto en lo personal como en lo profesional, y derrochar pasión en todo aquello que haces.

Como tipo avispado que es, dígame: ¿qué sabe el hombre que más sabe? Sócrates decía que poca cosa, y ese sabía bastante...
— Al final no es tanto lo que sabes sino tener a tu alrededor a la gente que puede suplir tus carencias.