La quema del conjunto fallero fue la culminación de todo un fin de semana de actividades. | Emilio Queirolo

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El vell somni desitjat de vore un pont construit que unix dos pobles veïns, ¡es fa per fi realitat!». Esta inscripción presidía la falla de El Toro de este año, que representaba el puente que debería unir la Isla con la Península según la mítica canción de Los Mismos que rezaba aquello de «será maravilloso viajar hasta Mallorca...». A su lado, varios ‘ninots’ , entre ellos el de Rafael Nadal, y la falla infantil, que este año representaba un barco pirata. Todo ello ardió el domingo por la noche en la ceremonia de la ‘cremà’ que da fin a esta fiesta, organizada desde hace tres décadas por la Casa de Valencia en Calvià y que ya se ha convertido en una tradición arraigada en El Toro.

La quema del conjunto fallero fue la culminación de todo un fin de semana de actividades, que arrancó con la ‘plantá’ de la falla el viernes por la tarde, continúo con ‘despertàs’, pasacalles, ‘mascletàs’ tradicionales e infantil, ‘disparàs’, una fiesta infantil, una torrada popular, una paella multitudinaria, un concurso de paellas, bailes populares, música en vivo y disco móvil, entre otras.

«La falla fue construida en la Comunitat Valenciana por el artista fallero Jordi Palanca, y transportada hasta Mallorca en barco, a falta de nuestro ansiado puente», explica la vicepresidenta de la Casa de Valencia y de la Comisión Local Fallera de El Toro, Elena Gutiérrez. «También los cerca de 100 kilos de pólvora para fuegos artificiales, los pirotécnicos e incluso la banda de música han venido de València. Todo menos la paella para 700 personas, que este año la hemos elaborado nosotros mismos, en lugar de encargársela a una empresa valenciana como era tradicional», añade.

Hasta las falleras mayores han venido desde València. La infantil es Sara Escudero, de once años y residente en la localidad valenciana de La Liana. «Llevo vinculada a esta Falla prácticamente desde que nací y vengo cada año, así que es como mi familia», asegura. «Estoy muy emocionada, orgullosa y contenta, y al mismo tiempo algo nerviosa, por la responsabilidad que supone este papel», reconoce.

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En cuanto a la fallera mayor adulta, Fina Giménez, vive actualmente en València, aunque pasó más de 10 años en Manacor y sus hijos son mallorquines. «Como he tenido que ir y venir muchas veces a lo largo del año, hemos bromeado mucho con la canción del puente, y por eso se ha acabado convirtiendo en la temática de la falla. Sea como sea, nos representa a ambas falleras mayores y es un buen símbolo de la relación entre València y Mallorca. ¡A ver si lo construyen ya!,reivindica.