La copropietaria, Dicky Faggioni, entre su sobrino, Elvis, y su hijo, Devid, en el centro de la pista del Circo Alegría. | Julián Aguirre

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Por sus venas corre sangre de artistas. La mayoría han nacido y crecido bajo la carpa del circo, en un ambiente familiar y de vida nómada. Angelo Di Lello y Dicky Faggioni son los propietarios del Circo Alegría, quienes desde hace doce años, por Navidad, ofrecen un siempre renovado espectáculo en Mallorca. Primero en Palma, donde estarán hasta el próximo día 8 de enero, y luego en Manacor, del 13 al 22 de enero), para luego trasladar sus caravanas y carpa hacia la península. «Viajamos todo el año, aunque tenemos nuestra casa en Figueres (Catalunya), donde estamos los tres meses de verano, y también nos dedicamos a otros negocios, como conciertos y eventos por todo el país», comenta Dicky Faggioni (Roterdam 1971). Pertenece a la quinta generación familiar del circo.

«Con seis años salí a la pista, en plan juego, y mi primer espectáculo bajo la carpa fue un número de acrobacia. También hice malabares con los pies y representaciones de alta escuela de equitación. Ahora me encargo de la dirección artística del Circo Alegría, donde mis hijos son la sexta generación de artistas». Nunca se planteó dedicarse a otra cosa y en el circo, todos hacen de todo. Una jornada que comienza a las nueve de la mañana con la revisión y mantenimiento de hasta el más pequeño detalle, de la que se responsabiliza Devid Di Lello, actual maestro de ceremonias.

Dirige cada función, fuera y dentro de la pista, para que todo salga a la perfección y según lo previsto. «Hago lo que me gusta y nunca se me pasó por la cabeza dedicarme a otra cosa fuera de la empresa familiar», afirma Devid. Al igual que todos los niños del circo, creció entre artistas. «Mi primer show fue de payaso, luego de mago y también malabarista. Ahora me encanta dirigir el espectáculo». Un show cuyo director artístico, Queco Alcañiz, junto a su equipo, han trabajado para hacer vibrar al público durante dos horas de función. «Desde niños trabajamos en quitarnos la vergüenza y el miedo para salir a la pista, ante el público», señala Devid.

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Devid Di Lello es el maestro de ceremonias del Circo Alegría, y su futuro.

Alrededor de cincuenta personas trabajan en el Circo Alegría. Otro de los artistas es Elvis Faggioni (Córdoba 1995). «Nacemos donde nos toca», comenta Elvis a quien el público recordará por su gran carisma. «Mi padre fue acróbata, payaso y domador. Mi madre trapecista y funambulista». Protagoniza el número más cómico, pero Elvis también ha hecho de payaso, acróbata aéreo y hasta de domador con elefantes. «El mayor sacrificio que requiere esta vida es no tener una estabilidad como otras personas, pero por el contrario conocemos mucha gente y no sabríamos estar mucho tiempo en un mismo lugar». La familia del Circo Alegría sigue ofreciendo la esencia del circo de toda la vida.

El apunte

Una saga de artistas circenses

El payaso es el alma en el mundo del circo. Un personaje tan imprescindible como difícil de interpretar, que además de gran imaginación y arte para hacer reír al público, se tiene que llevar en el ADN. La familia circense de los Di Lello pertenece a una gran tradición de payasos, una fama que les llevó a salir de su país natal, Italia, y viajar con sus espectáculos alrededor del mundo. El Circo Alegría llega a la sexta generación que destila el talento y alma de sus antepasados.