Inés María Moriel muestra una bandeja de turrones en Pastisseria Pomar. | Amalia Estabén

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El turrón artesano, junto a otros productos también tradicionales de la Navidad mallorquina como son los mantecados, barquillos y almendras rellenas de praliné de almendra, serán sin duda los que pongan el broche dulce a los menús de estas fiestas. Mallorca es cuna de buenos confiteros y pasteleros que han trasmitido sus conocimientos a los pasteleros que en la actualidad elaboran estas delicias.

«La almendra mallorquina que utilizo es indispensable como materia prima de calidad, algo que tenemos por costumbre en nuestro establecimiento, que llega a la friolera de 120 años. Se trata de almendra de Camp Mallorquí, que tiene un inmejorable sabor a pesar de su aspecto poco uniforme. El precio del turrón, en nuestro caso, ha aumentado en un cinco por ciento», afirma Matías Pomar. Entre las variedades de Pastisseria Pomar están las barras de avellana, nata, nueces, coco, yema, trufa, castaña, chocolate y naranja. «También rellenamos las pequeñas obleas en forma de almendras, de turrón blando».

Mónica Delgado muestra elaboraciones del Forn Santo Cristo.
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En la localidad de Búger se encuentra Rafel Solivellas, otro pastelero muy premiado por su labor. Recientemente consiguió el premio Miga de Oro 2022 y el de Estrella Dir Informática, que incluye Forn Can Rafel como una de las cien mejores panaderías de España. Pero nuestro protagonista se muestra muy orgulloso por haber obtenido este mes la Carta de Mestre Artesà. «Ahora estoy a tope haciendo turrón con la mayoría de productos de Mallorca. Apuesto por la almendra de aquí, como son las de Camp Mallorquí y Bonany, para elaborar las barritas de turrón de yema, frutas, chocolate con avellana y chocolate con almendra, de Ron Amazonas (trufa y ron) y de herbes dolçes».

Forma de media barca tienen los que se elaboran en el Horno Santo Cristo, que recuerdan a las especialidades antaño conocidas en Palma de la familia Casasayas. La encargada de la tienda, Mónica Delgado, destacó la calidad de estos turrones, elaborados en este establecimiento, destacando los de yema quemada, trufa, naranja confitada, avellana, almendra tostada, castaña y coco, que van en cajas decoradas de tres o bien de latón, que cierra herméticamente.

Rafel Solivellas, del Forn Can Rafel de Búger, con algunos de los turrones que elabora.

Y de nuevo se incorpora como ingrediente de calidad a estos turrones, y otras delicias como son los afamados mantecados artesanos del Santo Cristo, la almendra mallorquina, por su exquisito bouquet. «Quien desea calidad, y puede permitirse un pequeño capricho, llegadas estas fechas apuesta por probar también el turrón artesanal», afirma Delgado.