Pablo haciendo, a base de escayola y esparto, el molde de la modelo, en este caso, Martina Benvenutto. El proceso dura alrededor de una hora y media. | Click

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Ya desde pequeño mostré tendencia artística. Me gustaba manipular la materia, jugar con el barro, la piedra y la madera, reciclando todos los elementos desechados para hacer inventos y obtener formas, incluso formaba parte de mis juegos en el patio del colegio. Con cuatro años, cuando me preguntaban ‘Pablo, ¿qué haces?’, yo respondía: esculturas».

Todo esto nos lo contaba ayer, en el bar Cristal, el escultor y pintor Pablo Ferrer, de Castellón, pero que desde hace seis años vive, y tiene su estudio, en Sant Joan, «aunque ando buscando un lugar para instalarme en Palma».

Piezas metálicas

Durante la conversación que mantuvimos, entre otras muchas cosas de su trabajo, contó que «después de mi formación universitaria seguí explorando nuevas formas de expresión, siempre guiado por la necesidad de manipular, sentir y transformar la materia a través de la escultura y el grabado, fundamentalmente xilográfico, participando en distintos simposios nacionales e internacionales y recibiendo diversos premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. El último de ellos –puntualiza–, este mes, gracias a la obra Puerta a la intimidad, de mi serie Me siento mía, adquirida para el fondo museístico de la Diputación de Castellón. En ella hago una inmersión en el yo más profundo de mis modelos, siendo ellas las que me transmiten qué parte de su cuerpo les representa, para, posteriormente, realizar una interpretación de la misma con distintos materiales dependiendo de lo que me inspire esa persona y lo que signifique para mí. Una parte crucial de la serie radica en la inclusión de piezas metálicas como alegoría del alma modular de los individuos de nuestra sociedad actual».

La mujer y sus derechos

El proyecto escultórico que hoy os presentamos –sigue exponiendo–, «plantea sensibilizar y difundir el derecho de todas las mujeres a poder decidir sobre su cuerpo y su vida sexual, puesto que el cuerpo se vuelve soporte y vehículo de reivindicaciones, de provocación al servicio de la libertad de expresión y se convierte en un material de creación y lucha, utilizado por los artistas».

Resultado de la obra ‘Changes’, que coloca sobre el coche de policía grafiteado.

Hace unas semanas, Pablo se inspiró en Martina Benvenutto, en este caso su musa, para realizar un formato entre la instalación y la escultura, dando lugar a un trabajo –escultura femenina construida con trozos de hierro sobre el capó grafiteado de un coche de policía–, que no pasa desapercibido en ninguna parte, trabajo, al mismo tiempo, reivindicativo de la lucha por el reconocimiento y visibilidad trans, al que al final se une la fotógrafo Anna Panic que inmortalizó la sesión de moldes, dando como resultado una pieza llena de vida, rebeldía, sensualidad, reivindicación y provocación, cuyo título es Changes.

Cómo construye el cuerpo

¿Que cómo construye Pablo la figura femenina a base de trocitos de hierro? Pues para ello, además de la modelo, utiliza varios elementos: escayola, esparto y unos 120 metros de varilla de hierro, que luego trocea.

«En primer lugar hago el molde de la modelo con venda de escayola, primero piernas, cadera y pubis, y posteriormente brazos cara y torso, lo que significa hacer dos moldes, a fin de que en un momento determinado la modelo pueda liberarse. Posteriormente, extiendo una nueva capa de escayola, ahora mezclada con esparto a fin de que le de solidez.

El proceso, desde que lo inicio hasta que lo finalizo, suele durar una hora y media. Una vez que el molde de escayola y esparto está seco, libero de él a la modelo. A continuación, el interior de ambos moldes lo voy llenando de trozos de hierro que voy soldando, con el fin de construir todo el cuerpo. En según qué partes de él, como pezones, labios, empeine de los pies, etc., a fin de darle una mayor consistencia y relieve, utilizo trozos de hierro redondos, y más pequeños. Una vez construido el cuerpo de hierro, lo separo de la escayola, que en este caso coloco sobre un coche». De momento, en Mallorca –según nos cuenta– es él el único artista que utiliza esta técnica.