Una sandalia cuyo origen hay que buscar en el campo menorquín y que de forma natural pasó a los pies    de todos los menorquines.

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Si hay un calzado que sin duda representa a Menorca en el mundo entero este es la Avarca de Menorca. Una sandalia cuyo origen hay que buscar en el campo menorquín y que de forma natural pasó a los pies  de todos los menorquines y veraneantes para finalmente dar el gran salto a las pasarelas internacionales de moda. Y es que las avarcas «Made in Menorca» han triunfado por méritos propios por su historia y diseño. Un calzado que, en sus orígenes, fabricaban íntegramente los payeses con sus propias manos con el cuero del    ganado de sus «llocs» y que ganó en resistencia y personalidad con la llegada de las ruedas de goma, un    material que la gente del campo usó para suelas y tiras.

El resultado fue un zapato tan atractivo que los burgueses de la isla se enamoraron de él hasta tal punto que confiaron a artesanos zapateros de la isla su perfeccionamiento. Un trabajo que parece no tener fin gracias al impulso creativo y el esfuerzo de los zapateros menorquines, conocidos en todo el mundo por    su diseño y trabajo de calidad. Una tradición con siglos de historia que la marca de garantía «Avarca de Menorca» quiere reconocer y proteger. Avarca, abarca, albarca, menorquina... el calzado más genuino de la más oriental de las Baleares es llamado    de muchas maneras aunque Avarca de Menorca es sin duda el que prevalece en gran medida por la marca de garantía que lo ampara desde hace más de una década..

En febrero de 2010, la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca y el Consell Insular de Menorca  crearon la marca registrada «Avarca de Menorca» con la intención de distinguir en el mercado las avarcas fabricadas por las empresas menorquinas y al mismo tiempo tener un medio para el control de la calidad    del producto. Una marca que pone en valor el carácter original de la avarca fabricada en Menorca ante el incremento de copias que el éxito de este calzado está generando en todo el mundo. Año tras años, los artesanos de la isla sorprenden con colecciones que rebosan imaginación y en las que hay cabida para gran diversidad de hormas, sorprendentes pieles, originales acabados y combos cromáticos que hacen las delicias de los amantes de las avarcas de todo el planeta.