Ambos estuvieron de acuerdo: una cena no es suficiente para conocerse. Por eso acordaron una segunda cita en Mallorca.

TW
0

Noches atrás, Francisco López Matas, mallorquín de 71 años de edad, viudo, jubilado y residente en Palmanyola, acudió por segunda vez al programa de Cuatro First Dates. Como en la anterior, le acompañó su hijo, Raúl López. Éste es bombero de profesión; por lo que, recientemente, ha estado en dos ocasiones en menos de un mes en la frontera ucraniana llevando alimentos y ropa y trayendo refugiados a España. De hecho, en su casa ha acogido a una madre con dos hijas. El tema es que acompañó a su padre al programa y ahí fue testigo de lo que aconteció desde una sala contigua al restaurante y que, a tenor de lo que se rio, es evidente que se lo pasó muy bien.

Este viernes, nos reunimos con ambos para que nos contaran su experiencia. Francisco señaló que algunos años más tarde de haber enviudado inició una relación con una mujer que se prolongó a lo largo de tres lustros. «Pero fue una relación –matizó– solo de fines de semana, pues de lunes a viernes cada uno estaba en su casa respectiva. Lo que yo pretendo es mantener una relación estable, diaria. Por eso lo dejamos. Sí, porque como digo, mi deseo no es tener un ligue, sino encontrar una mujer que se convierta en mi compañera de cada día. Es decir, una mujer con la que poder compartir mi vida y ella, la suya, conmigo.    Quiero una mujer que me acompañe en mis paseos y caminatas diarias, que en los fines de semana, o cuando nos apetezca, salgamos a cenar o a bailar… O a las dos cosas. Puede que ya no seamos unos jóvenes, pero, ¿por qué no poder disfrutar el uno del otro, a diario; por qué no compartirlo todo? Pero como eso, hasta hoy, no ha sido posible, al menos para mí, es por lo que he acudido por segunda vez a First Dates. ¿Que qué pasó con la primera cita…? Pues que no funcionó. ¿Y qué puede pasar ahora, con la segunda...? ¿Que mutuamente decidimos citarnos de nuevo? Pues vamos a ver. Que si así fuera, por mi encantado».

A Eufrasia, al principio, no le gustó la coleta de Francisco.

Es la segunda vez que Francisco acude al programa para buscar una pareja.

«La he invitado a que venga»

Raúl está confiado en el sentido de que «puede ir bien, pues a pesar de los 70 años que tiene, y de haber traído al mundo a seis hijos, la vi más cañera que a mi padre. Además, dijo que no quería vivir sola, lo cual es un punto a su favor. Por ello, pienso que irá bien». «Sí, pero –asiente el padre– habrá que ver ahora si es tanto como dijo. ¿Que qué dijo? Pues que le gusta el sexo diario, que es muy liberal, que no quiere vivir sola, que no le importaría venirse a vivir conmigo, que ve muy bien que haga ejercicio, que salgamos a cenar y a bailar. Que lo que quiere es compartir su vida conmigo... Vale, muy bien. Me parece muy bien. Porque yo también quiero todo eso. Por eso, la he invitado a que venga a pasar una semana conmigo. Es importante conocernos más allá de una simple cena. Y si vemos que funciona, por mi encantado de que nos convirtamos en pareja, ya que, como digo, ya estoy harto de tardeos, de tener pareja de una sola noche o de un fin de semana. Lo que quiero es compartir mi vida con otra persona».

Raúl, el hijo de Francisco, se divirtió siguiendo la cita de su padre con Eufrasia.

«Veré si es lo liberal que dice»

Francisco, que no se arredró para nada cuando escuchó que ella dijo que no le parecía muy bien que llevara coleta, lo cual hizo soltar una carcajada a su hijo, que seguía el encuentro de ambos desde otra estancia –«me reí por lo espontánea que fue, y por las salidas que a veces tuvo», señaló este–, piensa que lo de la coleta no lo vio como algo negativo, «pues cada uno tiene sus gustos –dijo–, y estos, a veces, cambian… Y ella, a poco de hablar conmigo, cambió su discurso. Se olvidó de mi coleta y se interesó por otras cosas mías. Prueba de ello es lo franca que fue diciendo lo que pensaba, y al final respondiendo que sí, que quería otra cita conmigo, igual que yo con ella. Y eso que, como en el programa no dispones de mucho tiempo,    apenas puedes hablar de otras cosas… Por ello estoy encantado de que nos volvamos a ver. Así nos conoceremos mejor. Y por mí, ¡ojalá! que nos entendamos. Yo, al menos, le voy a mostrar cómo soy. ¿Cómo? Pues haciendo lo que hago siempre… La voy a llevar de senderismo, a la playa, a bañarnos, a cenar, a bailar… Y si en todo estamos de acuerdo, ¿por qué no iniciar una relación seria? Lo bueno de First Dates, programa que veo cada noche, es que te da la oportunidad, no solo de conocer a alguien, sino también, a través de otras citas que pueden ir surgiendo, saber si ese alguien y tú sois compatibles. Y yo, en este caso, estaría encantado de serlo». Pues a ver qué pasa en esta segunda cita.