Sandro Fantini junto a una de las muchas señales de tráfico que hay en la zona.

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Sandro Fantini, gran conocedor del mundo de la noche y del espectáculo casi desde los inicios del boom turístico, es uno de los vecinos de la Platja de Palma desde hace más de 50 años, lo que significa que la conoce muy bien, «dado que, como quien dice, la he visto crecer en su totalidad». Por ello, y en cuanto a este lugar se refiere, lo sabe prácticamente todo. Principalmente, lo que se denomina primera línea, y más concretamente la vía que separa la playa de los edificios.

Tras escucharle, está claro que hay cosas que no le gustan. Por ello, si estuviera con el alcalde, José Hila, le invitaría a que se diera una vuelta con él, a pie, a fin de mostrarle «la anarquía que hay en cuanto a tráfico se refiere    –repite–, sobre todo en la primera línea». «Pues como no lo tiene a su lado, y si viene, viene de paso, a algo en concreto, a una inauguración, por ejemplo, por lo cual no va a ser fácil hablar con él… Y si le invita ex profeso para que lo vea, igual tampoco puede, aproveche y cuénteselo desde aquí», le proponemos.

Señales a la vista, sin embargo...

«En realidad, si pasa lo que pasa en este vía, en parte es por descuido de algunos conductores, y en parte también por la no intervención inmediata de la Policía Local. Me refiero a que, sobre todo por parte de los primeros, no se respetan las señales de tráfico, y por los segundos, por no estar más pendientes de quiénes cometen las infracciones. Y como digo, esto viene de largo. Por lo menos, desde cuando se hizo la nueva planificación, en que se pusieron, y creo que con acierto, unas señales de tráfico a fin de que, por el bien de todos, quienes circulen por allí las respetaran. Y también, si mal no recuerdo, y si no ahí están las señales, se limitó la velocidad a 20 km/h, se señalizó que los camiones y furgonetas de reparto solo podían circular por esa primera línea de 7 a 11 de la mañana, se señalizaron una serie de tramos con el fin de evitar que fuera una calle larga, propensa a las carreras, colocando al inicio de cada uno de ellos señales de dirección prohibida, con una rotulación que hace referencia a que quedan excluidos de dicha prohibición bicis, galeras, tren turístico y policía…». Echamos un vistazo a nuestro alrededor verificando que, como bien dice Fantini, las señales están bien a la vista, lo cual deja sin excusa a quien, o quienes, las incumplan. Sin embargo…

Y ahora, patinetes eléctricos, motos y bicis conducidos por los turistas.

Que se cumplan las normas

«Llevamos ya varios años –prosigue Sandro– en que la mayor parte de estas señalizaciones, por no decir la totalidad, no se respetan por parte de nadie. Y digo nadie, porque incluyo al tren turístico a veces va a bastante más velocidad de la autorizada. Y también incluyo a algunas furgonetas, me refiero a las que llevan instaladas una luz amarilla en el techo, que van de arriba abajo, sin respetar ninguna de las señalizaciones. Imagino que si van deprisa es porque tienen necesidad de llevar a cabo su misión lo más rápidamente posible, pero… Bueno, eso no es excusa, porque ¿te imaginas que todos los coches hicieran lo mismo…?».

Sandro deja bien claro desde el principio que sus palabras deben de ser tomadas objetivamente, «porque si hay señales que respetar, todos deben de hacerlo, por tanto, lo que pretendo es que se cumplan en bien de todos, vecinos, trabajadores, turistas». En ese sentido añade que «en parte esto no sucedería si la presencia policial en la zona fuera superior y más afectiva de lo que es, que a día de hoy es más bien poca. Lo digo porque solo de vez en cuando sancionan a algún vehículo que por alguna necesidad haya aparcado en dicha vía. Por otra parte, también por la Platja de Palma circulan todo tipo de patinetes eléctricos, y otros artilugios sobre dos ruedas, sean con pedales, sean movidos eléctricamente. Y circulan a todas horas, por aceras y calzadas, sin respetar ninguna señal ni tampoco a los viandantes».

Dicho lo cual, Sandro, con todos los respetos, le pide al alcalde, José Hila, que ordene a quien corresponda que haga que se cumplan las normas de tráfico en esta zona, «y más si pretendemos, como proponen cada año, elevar el nivel de nuestra playa más importante. Pues que empiecen respetando las señales de tráfico». Con Sandro quedamos citados para otra ocasión para recorrer otros puntos de la Platja de Palma que requieren mayor vigilancia. Puntos relacionados con la venta ilegal y consumo de alcohol en la playa, y ciertos comportamientos de algunos turistas que alteran el orden y el descanso de quienes viven en la zona, todo ello auspiciado por la falta de vigilancia.    No son otras historias, pues se repiten cada año… Por ello hay que insistir.

PALMA. MUSICA. LOS CLASICOS SIEMPRE SERAN MODERNOS.

Toni Obrador, de la Asociación Balear de Músicos.

Carlos, con su guitarra. 

Volver a trabajar

El pasado fin de semana, Carlos Sambrina recuperó su guitarra. Todo gracias a una gestión realizada por la Asociación Balear de Músicos, presidida por Toni Obrador, quien nos dijo que «hemos intervenido por ser un compañero que se gana la vida tocando en la calle, y que lo hace con una guitarra, sin la cual no podría trabajar. Y lo hemos hecho por compañerismo, aunque con ello –matizó– no queremos sentar ningún precedente, sino recomendar a los compañeros que toquen en la calle que tengan los permisos al día y que cuando toquen no lo hagan en zonas acústicamente contaminadas, o donde la normativa vigente no lo permita». Ni que decir tiene –apostilla Toni– «que tanto Carlos como los músicos que se ganan la vida tocando en la calle por no tener otro medio de hacerlo, tiene nuestro apoyo». Por su parte, Carlos Sambrina, que desde hace unos días ha podido volver a tocar en la calle con su recuperada guitarra, da las gracias «de todo corazón a la Asociación Balear de Músicos, a la vez que procuraré, tras esta experiencia, no incurrir en el error que terminó en multa y retención del instrumento».