Los alumnos de Primaria y Secundaria del Sagrat Cor, durante la campaña de recogida. | Teresa Ayuga

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Sol, arena, juegos y centenares de jóvenes ecologistas. Las playas palmesanas de Ciutat Jardí y Can Pere Antoni han sido ‘invadidas’ este lunes por más de 700 estudiantes de Primaria y Secundaria del colegio Sagrat Cor de Ciutat con un único objetivo: plantar cara a los residuos que proliferan en nuestros arenales, especialmente los microplásticos, cada vez más abundantes y perjudiciales para la fauna marina.

La actividad ha sido organizada por el centro escolar y la asociación Mar Inquieto, con dos años de vida, y que nació con el objetivo de concienciar y sensibilizar a las generaciones más jóvenes. Como explica Majo Restrepo, portavoz de la entidad ecologista, «los más pequeños son como esponjas. Tienen muchas ganas de aprender y entienden que una playa sucia es perjudicial para la fauna, la flora, pero también para las personas», dice, al tiempo que apostilla que «logran que sus progenitores comiencen a reciclar y se sumen a la causa. Eliminando según qué vicios adquiridos, son capaces de hacer grandes cosas para evitar que muchos residuos acaben en el medio marino. Nos beneficia a todos».

Concienciar

La pandemia ha cambiado la forma de trabajar y de aprender, pero no la conciencia ecologista del colegio Sagrat Cor, que lleva años tratando de sensibilizar a los más jóvenes de la importancia de reciclar y cuidar el medio ambiente. Con ese objetivo pusieron en marcha una comisión específica dirigida a organizar campañas de concienciación medioambiental entre sus alumnos. Así, han organizado talleres, repoblación forestal y salidas al campo, pero desde el inicio de la pandemia de coronavirus se habían suspendido a la fuerza.

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Los más pequeños aprendieron mediante una gincana.

Por eso esta campaña de recogida ha sido tan especial, y han participado tantos estudiantes. «El secreto está en plantarles la semilla ecologista desde bien pequeños. Y en la batida que hemos realizado este lunes, nos hemos centrado en la recogida de microplásticos, colillas y toallitas», explica Miquel Fullana, jefe del departamento de Ciencias y responsable de Comunicación del centro escolar.

En este sentido, Majo Restrepo, de Mar Inquieto, señala que los estudiantes de Primaria han venido provistos de un colador para rastrear la arena y un tupper para depositar los residuos, mientras que han aprendido cómo recoger los restos y catalogarlos mediante una gincana, mezclando diversión y concienciación; los más mayores, de Secundaria, han realizado más tareas de recoger, separar y aprender. «Con este tipo de actividades logramos hacerles un click en la cabeza y que se conviertan en embajadores en sus propios hogares».