Los novios, a su salida de la Catedral de Palma. | Julián Aguirre

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«Estoy un poco enfadado debido al retraso de las obras», comentaba en el año 2001 el ex futbolista del Real Madrid Steve McManaman, quien había adquirido una propiedad en la exclusiva urbanización de Son Vida. El británico, que también jugó en el Liverpool y la selección inglesa, consiguió agilizar las obras con el constructor tras publicarse aquella exclusiva en Ultima Hora. Ahora, 22 años después dice adiós a Mallorca. El motivo vuelve a ser su casa, llamada Villa Alegría, que pone a la venta.

«Steve y yo hemos tomado la muy difícil solución de vender nuestra casa en Son Vida por la gran cantidad de obras de construcción que se han llevado a cabo durante los últimos años, pero que se han intensificado estos meses», confiesa su mujer, Victoria Edwards, en una entrevista en el semanario Mallorca Bulletin.

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La relación de los McManaman con Mallorca se inició hace más de dos décadas cuando se enamoraron de la Isla. Poco después, en julio de 2002, Steve y Victoria se casaron en la catedral de Palma. Una ceremonia muy mediática, que llenó portadas de revistas y periódicos deportivos y a la que asistieron invitados muy famosos desde futbolistas hasta cantantes y modelos. Tampoco faltó la polémica con los fotógrafos y paparazzis, ya que los miembros de la empresa de seguridad impedían la labor periodística a los pies de la Seu.

BODA DE STEVE MCMANAMAN Y SU NOVIA VICTORIA EDWARDS EN LA CATEDRAL

BODA DE STEVE MCMANAMAN Y SU NOVIA VICTORIA EDWARDS EN LA CATEDRAL
Michael Robinson asistió a la boda.

Una vez casados, quisieron echar raíces en Mallorca y formar una familia. Tuvieron tres hijos, (Ella, Lucas James y Lara) y la pareja se integró rápidamente en la sociedad mallorquina, asistiendo a eventos y actos, pasando largos veranos, saliendo a navegar y yendo a restaurante con amigos.

Discretos y sencillos, los Mcmanaman nunca han ocupado los tabloides británicos por sus escándalos. Su vida tranquila ha trascurrido entre Mallorca y Reino Unido. Ahora quieren poner fin a su etapa mallorquina. La casa, que cuenta con unas privilegiada ubicación, con vistas al mar, jardines y espacios amplios, espera ya un nuevo morador.