Olena dice que «el mundo no entiende cómo Putin está atacando un Estado sobrerano». | Click

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Olena Baluba escribe a diario en las redes desde la localidad de Ucrania donde vive, situada a 350 kilómetros de la capital, Kiev, la crónica de cuanto acontece en este país. Es una mujer joven, profesora de castellano, que ejerce, además, y que conoce muy bien Mallorca por haber estado varias veces en la Isla. Nos habla de ella Juan Negreira, y a través de Internet la localizamos. Nuestro diálogo es por e-mail. «Palma es una ciudad única, con un ambiente especial… –dice–. Por primera vez vine a Palma en 2010 y la última, en verano de 2014. ¿Si pienso volver? ¡Claro que me gustaría hacerlo! porque allí tengo mis amigos que están conmigo a pesar de la distancia. Recuerdo a todos y a cada uno, pero hay unas personas a las que considero mis almas gemelas, ya que vivimos juntas (porque son amigas) muchos momentos muy importantes para mí. Las quiero mucho y ellas lo saben. Todos mis amigos, tanto mallorquines, como de otras regiones de España, me apoyan mucho y están conmigo en estos momentos».

Como hemos apuntado más arriba, es profesora de español. «Lo soy, sí. Y trabajo como tal durante 21 años en el colegio de mi ciudad natal. Me gusta lo que hago, me encanta tanto enseñar a los niños como aprender con ellos. Porque enseñando uno siempre aprende algo nuevo. Mis alumnos empiezan a aprender el español, como segunda lengua extranjera, a los 10 años. Son muy activos porque siempre participan, tanto en proyectos internacionales como los denominados eTwinning, a la vez que consiguen buenos resultados en las olimpiadas de lengua española que se organizan en Ucrania. No puedo decir que en este país haya mucha gente que hable español. Por ejemplo, el colegio donde trabajo es el único de la región donde los niños aprenden lengua española».

Olena cuenta que «la situación aquí –en su ciudad– está tranquila, pero suenan las alarmas varias veces al día y la gente corre a los refugios. Muchas personas no van al trabajo porque trabajan online. Profesores y alumnos están de vacaciones desde hace dos semanas, luego no sabemos qué pasará. Los hospitales, farmacias y supermercados funcionan. Hay casi todos los productos necesarios y en la farmacia medicamentos, pero no todos. A partir de ayer, en las plazas de la ciudad la gente pueden recibir dos litros de leche gratis. Hay muchos refugiados de otras regiones del país, que han dejado sus ciudades por los bombardeos».

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El día a día

En cuanto al día día, señala que «nuestra vida ya nunca será otra. Igual que mi país. La vida de ahora parece una pesadilla de la que todos queremos despertarnos. Mi vida de antes no era nada especial. Iba al trabajo por la mañana, por la tarde daba clases particulares… En los momentos de ocio, leía (ahora no logro hacerlo, ya que me cuesta centrarme), veía alguna peli o hacía manualidades (me encanta bordar y tejer). Otra de mis aficiones es la cocina. Me gusta mucho cocinar y cuando estaba en Palma siempre organizaba cenas con platos nacionales de Ucrania para mis amigos. Ahora puedo salir a la calle, pero es peligroso, además, a las 5 de la tarde hay que apagar las luces en casa y no encenderlas hasta las 7 de la mañana. En la ciudad las luces también están apagadas. A pesar de las condiciones de la guerra en las que tenemos que vivir, el Gobierno hace todo lo posible para pagar salarios y pensiones. Funciona bien el sistema bancario. En las tiendas y supermercados se puede pagar con tarjeta. Los que no tienen dinero, o ahorros, pueden llamar a uno de los centros de coordinación y pedir ayuda. Los voluntarios harán todo lo posible para ayudar. La guerra ha demostrado que el pueblo de mi país es, además de heroico, generoso y de gran corazón».
Le decimos que el mundo no entiende cómo Putin está atacando a un Estado soberano, como Ucrania y matando a muchos de sus ciudadanos... «Lo siento –dice– pero no tengo respuesta a tu pregunta.

Cuando todo empezó el día 24 de febrero, la primera reacción fue un shock, pero ahora sentimos rabia. En los primeros días me comía la cabeza pensando en eso, pero no encontraba la respuesta. Ucrania siempre ha sido un país pacífico, sin pretender jamás el territorio de otro país. Vivíamos tranquilos con nuestros problemas diarios… Pero un día, un loco decidió convertir nuestra vida en una pesadilla… Ucrania es un país democrático, soberano, libre. Cuando no nos gusta algo, salimos a las calles y protestamos. Por otra parte, las elecciones son democráticas… Y en cuanto a Putin... Pues no respeto a ese loco, al que no llamo persona, pues no lo es. Tampoco entiendo qué debe tener en la cabeza para atacar a otro Estado, matar a civiles y entre ellos, niños Sí, me duele ver qué están haciendo sus tropas con mi tierra… Hay ciudades destruidas, igual que hospitales, casas de huérfanos, iglesias… ¡No me cabe en la cabeza…! Y eso no se perdona». Y añade: «Putin no conoce la palabra diplomacia. El entiende solo de fuerza. ¿Ha contado alguien el número de países que ha invadido Rusia...? Georgia, Moldavia, Chechenia, Armenia, Afganistan, Siria, Checoslovaquia... Y ahora Ucrania. Y encima cuenta a todo el mundo que quiere liberarnos. ¿Liberarnos de qué...? ¡Que alguien me lo explique, por favor! Él dice que de los nazis, ¡pero es que aquí no los hay! Aquí solo vive la gente que ama su patria, sus tradiciones, su historia y su lengua. Ucrania es un país multinacional, en el que vive gente de muchas nacionalidades, religiones, etc… Y en cuanto al papel que están haciendo Europa y EEUU... preferiría no decir nada, ya que no soy política».

A pesar de la que está cayendo, Olena está convencida de que todo terminará con la victoria de Ucrania, «ya que protegemos y defendemos lo nuestro. Y también porque con nosotros está Dios. Y porque estamos en nuestra tierra y no en la de Rusia. Y porque fue Rusia la que nos atacó en la madrugada del 24 de febrero. Un día en que no solo nos atacó, sino que atacó a todo el mundo democrático. Sí, Putin trata de copiar a Hitler... Pues que lo copie hasta el final y que acabe como él, en su búnker».

Victoria

Por último, le preguntamos qué puede pasar cuando esto termine con tanta destrucción y muertos. «Somos fuertes, motivados y sabemos que con nosotros está la verdad. Cuando todo se acabe, mi pueblo volverá a construir nuevas casas, puentes, carreteras… Pero Ucrania jamás olvidará lo que han vivido nuestros niños y ancianos. Ni jamás olvidará a los soldados caídos en esta guerra injusta… Al mismo tiempo, Ucrania siempre estará agradecida por las palabras de apoyo recibidas de todo el mundo, por su ayuda humanitaria, por los rezos de muchos rincones del planeta… Por ello, ¡muchas gracias!».