Sharif: «Ser poeta implica un sacrificio que me asusta y un don que no poseo»

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El poeta y rapero Sharif regresa a Mallorca para reencontrase con su público. Será el próximo sábado, 5 de marzo, en sala Es Gremi de Palma, a partir de las 21 horas. Con Sharif, hombre culto donde los haya, es fácil mantener una conversación. Contesta a todo y contesta bien, lo cual hace que el diálogo sea fluido. Lleva 24 años en la música, a la que ha aportado muchas cosas buenas. Ha trabajado y colaborado con otros colegas, ha rapeado solo. ¿Te queda por hacer algo todavía?, le preguntamos.

«Me encanta la pregunta porque es algo que uno no piensa nunca. Siempre crees que estás haciendo lo que quieres hacer y, en cierta parte, es verdad. Pero el tiempo inmisericorde pasa y, cuando miras atrás, no te suele importar lo que has hecho, solo piensas en lo que te gustaría hacer y aún no has podido, ya sea por medios o por miedos. Yo la verdad es que hace tiempo que me liberé un poco de los corsés de nuestro género, y desde años intento hacer todo lo que me apetece. El problema es que siempre descubro cosas nuevas, sonidos diferentes, grupos con talento... Y nunca se acaba la lista de canciones que te gustaría hacer. Pero no por ello dejo de hacerlas». En cuanto a sus fuentes de inspiración, dice, sin dudar, «que están en el mundo que me rodea, a mí y a los míos. Y en gran medida, el arte que consumo también me sirve de inspiración, desde libros que leo, hasta películas que veo. Casi cualquier cosa que me emocione, me sirve de catalizador».

Rap y trap, de la misma rama

Él, como todos, ha sufrido, si no la pandemia, sí sus consecuencias. «Sí, la puta pandemia no se ha portado bien con nadie, y aun así intentamos sacar algo positivo de todo este desastre. Y es que de cierta manera, el Arte es huraño y avaro de tiempo. Y en la pandemia, contra nuestra voluntad, tuvimos mucho tiempo. Y de ese tiempo yo pude tallar algunos versos». Sharif es de Zaragoza, ciudad por la que, según se dice, entró el rap en España. ¿Es cierto?, le preguntamos. «Es cierto, en parte, porque no solo se inoculó por Zaragoza. También por Rota y por Torrejón de Ardoz, lugares donde había bases militares americanas».

¿Existen diferencias entre rap y trap…? Se lo preguntamos para que, a todos los que nos parezca lo mismo, veamos que las tiene. «Pues no te voy a mentir, amigo. Para mí, rap y trap son parientes muy cercanos. De una canción muy buena de Camarón, te diré: «De la raíz de un olivo, nació mi madre gitana. Y yo como soy su hijo, tronco de la misma rama. Pues eso le pasa al rap y al trap, que vienen a ser lo mismo. Y lo que los diferencia no es más que la evolución lógica que imponen el tiempo y la industria».

En cuanto a si el rap y trap se pueden ver perjudicados y confundidos ante la avalancha de ritmos caribeños, algunos muy machistas, que estamos recibiendo, el rapero Sharif considera que no. «O bien, creo que no –y lo explica–: porque si queremos que nuestra música se respete y se la trate como un género adulto, tenemos que empezar a entender que vivimos en un mundo global, y que cada artista es responsable de su música, de sus canciones. Y que lo que haga uno no puede definir a otro. Yo, personalmente, siento que cada vez tengo menos afinidad hacia un «género» y más hacia un «artista». Por ejemplo, me puede gustar, y me gusta, Vetusta Morla, sin que me guste mucho el indie. Y creo que esa es la dirección correcta. Que te gusten propuestas artísticas, no etiquetas».

Sharif, además de componer para cantar, escribe libros, de los que lleva ya publicados unos cuantos, que, además, se los quitan de las manos… «¿Que si me llena más escribir para cantar o para que me lean…? Siempre para cantar –responde con rotundidad; luego, aclara–. Hay dos puntos mágicos en este mundillo miserable de la música y el consumo. El primero es cuando hago un verso que me pone la piel del alma de gallina en la soledad de mi hogar. El segundo es cuando me subo a un escenario y ese mismo verso lo cantan y emociona a todo el que haya ido al concierto. Todo lo que hay entre esos dos puntos, para mí no vale mucho. Eso sí, esos dos puntos le dan sentido a casi todo».

Por norma general, como poeta que es, Sharif canta al amor, pero, ¿a cuál de ellos, al que termina bien, o al que no? «El amor es todo –afirma–. El que acaba bien y el que no. Porque también el amor es lo contrario del amor». Si algo distingue a Sharif son las letras de sus canciones, y más concretamente las frases de estas, de las que tiene reconocidas… Pues alrededor de unas 80. «Sí, más o menos serán esas, de las que me gustan varias, pero hay una que me gusta mucho por su sencillez: Escribo con la piel para poder llegar al alma». Durante la conversación surge España hoy. ¿En el supuesto de que tuviera que componer un rap sobre España hoy –le preguntamos–, ¿qué tres palabras, como básicas, usaría? Sin meditarlo apenas, responde: «Perdón, esperanza y cultura».

¿El rapero es poeta?

Como no podía ser de otro modo, durante la entrevista sale el tema de la guerra, preguntándole ¿qué tenemos que ver en la guerra entre ucranianos y rusos, propiciada por estos y los norteamericanos? «Pues mira –responde sin que apenas transcurran dos segundos–. Hoy hablaba de eso con Rafael Lechowsky, mi amigo y editor. No creo que tengamos nada que ver, somos insignificantes e intrascendentes en estas estrategias geopolíticas, vendettas y expolios. Y no me importa que nosotros seamos intrascendentes, lo que me duele es que también lo sean los miles que sí son protagonistas. Me refiero a las familias ucranianas que se van a tener que desplazar en un éxodo involuntario y triste, a países limítrofes, donde nunca van a sentir que pertenecen. Habría que preguntarles a esas familias qué piensan. Yo solo siento que somos muy afortunados de vivir cómo y dónde vivimos».

Para ir acabando, ¿para ser rapero se tiene que ser poeta…?    Es más, si te dan a elegir, ¿dónde te sientes más tú, o con cuál llegas más a la gente...? «También lo tengo muy claro –responde–: prefiero ser rapero, porque respeto mucho la palabra poeta. Creo que ser poeta implica un sacrificio que me asusta y un don que no poseo». Veamos. En el supuesto de que te propusieran componer un rap inspirándote en las historias de Rociíto, La Pantoja, su hijo, su sobrina, la boda frustrada de esta con El Negro, Urdangarin, la otra y Cristina, Antonio David y sus líos de faldas, el rey emérito autoexiliado, Los Gavilanes, la Ayuso, el Pablo Casado, etc. ¿Te verías capacitado para hacerlo?. Sharif sonríe: «Claro que se podría, pero que creo que solo le gustaría a la audiencia de Telecinco. Y si se hiciera, creo que el formato y el sonido deberían ser como hizo Sabina en Como te digo una co, te digo la o». Sharif, que esta será la quinta vez que cantará en Palma, nos hace un adelanto de lo que va a cantar el próximo viernes en la sala Es Gremi. «Solo gloria. Lo mejor de mi último disco, y también de todos los anteriores».