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Un cartel sobre la puerta principal de la Llar d'Ancians, en General Riera, reza: «Tot anirà bé». Estos años de pandemia no han sido fáciles para los residentes del centro, gestionado por el IMAS, que ahora reemprende sus actividades extraordinarias.

Un grupo de cuerda de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears ofreció este pasado sábado un concierto en la capilla de la residencia. «Estos actos, que tuvimos que dejar durante la pandemia, son un paso más hacia la normalidad, la vida cotidiana. La música es básica para las personas, el último reducto de aquellos que sufren un deterioro cognitivo. Les despierta, reconectan con ellos mismos. Basta con sentarse y observar sus gestos», dijo la directora de la Llar, Antònia M. Binimelis.

Concierto

«Dentro de nuestro formato, hemos escogido una serie de piezas populares, para que la gente conecte con la música y llegue nuestro mensaje», afirmó el concertino Smerald Spahiu, encargado de dirigir a los 16 miembros del grupo. El concierto comenzó a las once de la mañana y se extendió durante una hora, en la que los residentes, algunos acompañados por familiares, disfrutaron de la Suite Burlesca de Don Quijote, de Telemann; de dos canciones populares de E. Pastor; de Oblivion y Libertango de A. Piazzolla o Saint Paul Suite para orquesta y cuerda de G. Holst.

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Los mayores estuvieron relajados y atentos a lo largo de todo el concierto. Foto: P.B.

«De joven siempre iba a conciertos; ahora que mi marido está un poco mal, tengo que quedarme aquí con él. Le gustaba mucho el cante flamenco. Ésta me parece una buena iniciativa, le da vida a la residencia», comentó Juana Cañero, de 86 años.

Los mayores estuvieron atentos y relajados a lo largo del concierto. Escuchaban con atención cada nota y, con un ligero movimiento de pies, seguían el ritmo de las partituras. «No recuerdo el tiempo que hace que no escucho música en vivo; siempre me ha gustado mucho la música», contó Benito Rovilla, de 81 años, quien fue muy puntual y pudo escuchar el ensayo a las puertas de la capilla. Una vez acabado el recital, tras despedirse de los músicos con un prolongado aplauso, los mayores volvieron al interior de la residencia.